Decanato de agronomía Lara

 

En el mes de febrero de 2015, un lote de terreno de 257.344 metros cuadrados que en el año 2001 el Instituto Agrario Nacional vendió a la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) en el estado Lara, destinado a actividades de docencia e investigación del Decanato de Agronomía, fue invadido por familias que reclamaban su derecho a la vivienda.

De inmediato la casa de estudios activó reclamos judiciales y visibilizó la situación a través de los medios de comunicación locales, con la finalidad de lograr el desalojo y reubicación de las familias y preservar la actividad académica del Decanato, pues allí existe un jardín botánico. Desde el año 1979, se desarrollan programas de Fitopatología, Horticultura, Fruticultura, Olericultura y Ornamentales, así como un jardín botánico de plantación autóctona que ha sido devastado por la invasión.

A pesar de las medidas de desalojo que se derivaron de los trámites judiciales, ningún organismo del Estado ha acatado y ejecutado los mandatos de las instancias competentes.

Desde entonces, los medios locales han reportado entrevistas a ocupantes del lugar y referenciado afirmaciones de voceros políticos y comunitarios según las cuales, la invasión era temporal hasta tanto se lograra ubicar a estas familias. Sin embargo, la información recogida por el equipo de Transparencia Venezuela en Lara da cuenta, por el contrario, de una progresiva consolidación de esta invasión.

Según miembros de tres familias que allí habitan, actualmente hay unas 300 familias asentadas y esperan que lleguen más,  incluso algunas de la zona de seguridad del Aeropuerto Jacinto Lara, donde también se han reportado múltiples y críticos conflictos por el acceso a la vivienda. Ya la mayoría cuenta con luz tomada desde postes de las zonas cercanas, cada vez hay más ranchos en construcción y compran agua a camiones que llegan por la parte de atrás.

La espontaneidad no parece ser una característica en la invasión de los terrenos de la UCLA; Consejos Comunales externos coordinaron la oleada inicial y han promovido la visita de funcionarios de entes oficiales, los cuales ya no hablan de reubicación, sino más bien de organizar mejor a las personas asentadas. La comunidad ya cuenta con dos Consejos Comunales nacidos de su propio seno, los cuales se están ocupando de trámites y entrevistas ante instancias oficiales. Poco de temporalidad.

“A nosotros nos dicen que no nos van a sacar de aquí; yo tuve que venirme porque donde estaba con mi familia de tres hijos, que era una pieza alquilada, me sacaron de la noche a la mañana y me vi sin tener adonde ir. Mi cuñado ya estaba aquí y me dijo que nos viniéramos. Que quiénes somos? Aquí hay de todo; muchos buhoneros (pero ya no hay mucho que vender), carpinteros, herreros, hay gente que tiene sus carros y los guarda aquí dentro. Algunos prenden candelitas de noche por los zancudos, pero hay seguridad, vivimos tranquilos”.

Cuando les preguntamos si sabían que los terrenos son de la UCLA, nos respondieron: “Algo hemos oído, pero esto es muy grande, la Universidad puede ocupar una parte y nosotros otra y todo el mundo contento, verdad?”.

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