Intereses políticos manejan la desinformación digital en Venezuela

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El fenómeno de la desinformación digital en el contexto venezolano, estudio promovido por Transparencia Venezuela y realizado por investigadores de la Universidad de Navarra, revela cómo contenidos maliciosos y noticias falsas son utilizados para influir en las audiencias, que han encontrado en las redes sociales y otras plataformas una fuente de acceso a la información 

Transparencia Venezuela, 26 de agosto de 2020. La desinformación es un fenómeno de alcance global que se manifiesta de forma creciente en la mayoría de las sociedades. Esto se debe, entre otros elementos, al auge de internet, las redes sociales y las plataformas digitales. El término, que hasta hace pocos años era sinónimo de “falta de información”, se utiliza actualmente para describir los esfuerzos deliberados de ciertos actores para desinformar a través de la difusión de noticias falsas, mentiras o medias verdades, y hasta mediante la sobresaturación de información. En Venezuela, el tema cobra especial relevancia en el contexto de la crisis política, económica y social sin precedentes que atraviesa el país, donde el consumo diferenciado de información se basa en las preferencias políticas de los usuarios. Para ayudar a comprender esta realidad, Transparencia Venezuela presenta el estudio El fenómeno de la desinformación digital en el contexto venezolano, realizado a partir de una investigación de opinión pública que se hizo en el país a finales de enero 2020.

Los autores del trabajo, investigadores de la Universidad de Navarra, en España, son Carmen Beatriz Fernández, invitada del Centro de Internet y Vida Digital de la casa de estudios española, y los profesores Yordi Rodríguez Virgili y Gabriel Serrano Puche. El cuestionario que emplearon para este sondeo, dirigido a medir la percepción que tiene el venezolano acerca del tema, incluyó preguntas relacionadas con el interés en política, consumo de noticias, confianza en los medios de comunicación y preocupación sobre desinformación, entre otras variables. Algunas de las preguntas fueron tomadas del Digital News Report, un proyecto de investigación global de la Universidad de Oxford, del que la Universidad de Navarra es socia. De igual modo, el informe incluye una recopilación de análisis teóricos sobre la materia y algunos casos prácticos documentados recientemente que ejemplifican distintos tipos de información problemática presentes en Venezuela. Además, ofrece algunas recomendaciones para profundizar en el tema y protegerse de la desinformación. 

Polarización política y noticias 

Durante un reciente seminario virtual de Transparencia Venezuela, la coautora del proyecto, Carmen Beatriz Fernández, compartió los hallazgos preliminares de la investigación. Refirió que, aunque la consulta arrojó que casi 80% de los encuestados tiene acceso a internet y que 77% es usuario de redes sociales, solo 34% identifica a estas últimas como su principal fuente de información. 

“El medio dominante sigue siendo la televisión. También observamos que aunque hay diferencias en cuanto a edad, residencia urbana o rural y género, el contraste fundamental está en las preferencias políticas, es decir, en el modo en que consumen la noticia los partidarios del gobierno, versus la forma cómo lo hacen quienes se identifican, a sí mismos, como opositores”, expresó Fernández.

Del estudio se desprende que la polarización política alcanza también a las fuentes de información.  Los canales de televisión, cuyo manejo editorial está de forma mayoritaria dominado por el gobierno, son utilizados como medio de información política por los oficialistas, mientras que, por el contrario, los opositores se informan predominantemente por medios digitales. La televisión es también la principal fuente a la que acuden los que se autocalifican como no-alineados, aunque en menor grado que los oficialistas, y optan más por las redes sociales que aquellos: 22,3% de los no-alineados y 14,7% los oficialistas. 

De igual modo, los autores concluyeron que estos resultados confirman la teoría de la exposición selectiva, según la cual el consumo de los medios está influido por las predisposiciones de la audiencia, que persigue confirmar o reforzar sus opiniones en los contenidos de las informaciones. Es decir, que los ciudadanos buscan en la información la mayor consonancia posible con sus ideas previas  sobre la realidad política del país. 

Periodismo en la mira   

La investigación determinó que dos de cada tres venezolanos usan redes sociales y confían en ellas como fuente de información, pero la confianza es mayor entre los opositores que en los oficialistas. La preferencia política o ideológica también influye en el nivel de preocupación de la población en torno a la desinformación y lo que se conoce como fake news o noticias falsas. El promedio de preocupación de la sociedad venezolana sobre la veracidad de lo que se dice en internet se situó en 59,5%, cifra que se equipara al puntaje global de 56%, pero con más de 15 puntos de diferencia entre un sector y el otro.

Sin embargo, llama la atención que pese a la polarización política, no se aprecian diferencias entre los grupos ideológicos respecto a los tipos de información digital que más les preocupa. Fernández advirtió que mientras que a la mayoría de las sociedades les inquieta la información engañosa procedente de políticos por encima de cualquier otra fuente, en los venezolanos -tanto oficialistas como opositores y no alineados- la preocupación está casi al mismo nivel entre la información emitida por políticos que la provocada por el periodismo mediocre, es decir, errores de datos, titulares engañosos que sirven de señuelo o noticias simplificadas o amañadas para favorecer a determinados intereses. 

También son objeto de preocupación las noticias inventadas por motivos comerciales o políticos y los fake news de políticos u otras personas con la intención de desacreditar. Todo ello demuestra que existe una relación directa entre la crisis del periodismo, la desinformación y la desconfianza en comunicadores y medios. No obstante, para los oficialistas resulta mucho más grave el uso de fake news por parte de periodistas, medios de comunicación y agentes extranjeros; mientras que para los opositores revisten mayor gravedad las que provienen de actores políticos. 

Vacunarse contra la desinformación

Fernández comentó que elaboraron y probaron un modelo de vulnerabilidad de la población venezolana ante la desinformación. “Encontramos que el eslabón más débil de la cadena está en las personas con menos educación y que descansan en fuentes analógicas para informarse, por lo que están menos preocupados en buscar noticias falsas en internet”.

Pero, para los autores de El fenómeno de la desinformación digital en el contexto venezolano es necesario ahondar aún más en la investigación de este fenómeno. Aunque los siete ejemplos que contiene el estudio constituyen pistas claves para entender cómo opera la desinformación en el país, afirman que es necesario seguir profundizando en el estudio, mediante el análisis comparativo del caso de Venezuela con otros países de Latinoamérica, con el propósito de identificar patrones y avanzar en el conocimiento de la desinformación a escala global. Advierten que este fenómeno constituye en la actualidad una de las más serias amenazas a la democracia. 

Para Transparencia Venezuela, la principal herramienta de lucha de la organización es la transparencia, de allí la importancia de abordar el tema de la desinformación. Mercedes De Freitas, directora ejecutiva de la organización, afirmó que la opacidad y las mentiras o medias verdades, sobre hechos o noticias potencialmente falsos, se convierten en tendencia mediante la manipulación y se desvía la atención de las informaciones reales, entre ellas las investigaciones de hechos de corrupción. 

Ante esta realidad, la organización lleva adelante diferentes iniciativas para dotar a la sociedad civil de herramientas para combatir la desinformación a las que se suma ahora el estudio El fenómeno de la desinformación digital en el contexto venezolano. Otros proyectos son la creación, en 2019, del portal de verificación y fact-checking Espaja.com, la publicación del Manual de Verificación de informaciones para los ciudadanos, en alianza con la organización Espacio Público, y diversas actividades de formación a través de la plataforma virtual Campus Transparencia.

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