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17.º IACC 2016

Más de 1.600 personas de 130 países se reunieron en la ciudad de Panamá con un mensaje común: ahora es tiempo de justicia, equidad, seguridad y confianza.

Cuando la Conferencia Internacional contra la Corrupción concluyó en Malasia en 2015, el reclamo era de “Tolerancia cero con la impunidad” de la corrupción en todos los niveles —desde los actos de corrupción menor hasta la corrupción a gran escala— y para aquellos que se apropian de la riqueza de un país, facilitan la propagación del crimen organizado, protegen con secreto informativo a los evasores de impuestos y ocultan los fondos con que se financia al terrorismo.

Ahora es tiempo de justicia.

A medida que el mundo cambia, también la corrupción se transforma. Como bien sabemos, la corrupción prolifera gracias a una red de sociedades y fideicomisos corruptos, y afecta transversalmente a todos los ámbitos. Cada vez se encuentra más enquistada en la política, y favorece la corrupción, la piratería, la trata de personas, el narcotráfico y la destrucción ambiental.

La corrupción a gran escala perjudica a las personas y las sociedades en general, y debe entenderse como una amenaza global.

Reconocemos cómo los nexos cada vez mayores entre corrupción, delitos contra la vida silvestre, delincuencia organizada y flujos de fondos ilícitos dañan gravemente a las sociedades y deberían ser una prioridad para el movimiento contra la corrupción.

Ha llegado el momento de ampliar y fortalecer alianzas globales y otras redes, de norte a sur, para acabar con los flujos financieros ilícitos transnacionales, y favorecer así la cooperación internacional contra el lavado de dinero, promover la transparencia sobre los verdaderos titulares de las sociedades, y detener a quienes facilitan estas maniobras.

Los gobiernos deberían trabajar en asociación con instituciones financieras internacionales, y aplicar el sólido sistema de sanciones para asegurar que los funcionarios públicos que se prestan a corrupción no queden impunes.

Es tiempo de equidad: la corrupción profundiza la desigualdad en el mundo y la conciencia y el enojo de las personas cada vez son más significativos y notorios. A medida que muchos países entienden la relación entre corrupción y desigualdad, las personas han salido a las calles en protesta, como ha sucedido, por ejemplo, en Islandia, Brasil, Guatemala, Moldavia, Turquía, Ucrania y Corea del Sur. En otros casos, esta nueva conciencia de la realidad se ha reflejado en los resultados electorales.

Es tiempo de seguridad: en muchos países,  se está reduciendo el espacio para la sociedad civil. Periodistas, cineastas, denunciantes y todo tipo de activistas están siendo encarcelados por hablar contra la corrupción. Se sancionan leyes que dificultan el funcionamiento de las ONG, facilitan la censura de medios de comunicación y debilitan a jueces y fiscales.

Es tiempo de confianza: una asociación directa entre el sector privado, la sociedad civil y los gobiernos podrá ser el marco de nuestra acción colectiva. Nuestro objetivo es propiciar cambios y generar confianza, con transparencia e integridad.

En Panamá, reflexionamos sobre el rol crítico que los medios de comunicación en general, y los periodistas de investigación en particular, han tenido este año, y cómo su papel seguirá siendo fundamental para poner en evidencia a los corruptos y exigir justicia.

Ahora es tiempo de actuar. Debemos asociarnos con todos aquellos que combaten la corrupción y con las empresas bienintencionadas.

Nos hemos reunido para definir en qué áreas nuestra labor será más efectiva y para alzar nuestras voces contra el avance de la autocracia en el mundo, que amenaza con cercenar libertades.

Trabajando juntos, podremos fortalecer nuestra red de activistas anticorrupción. Juntos, el sector público, las empresas y la sociedad civil, podrán lograr que los corruptos rindan cuentas por sus actos. Es tiempo de justicia, equidad, seguridad y confianza.

Agradecemos al gobierno y al pueblo de Panamá, y esperamos continuar colaborando para que la impunidad y la corrupción a gran escala no sigan siendo toleradas.

Y extendemos nuestro agradecimiento al pueblo de Dinamarca, por recibir al movimiento global contra la corrupción y a la 18.° IACC en Copenhague en 2018.

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