Para la directora de Transparencia Internacional Venezuela, Mercedes De Freitas, los ministros sólo «hicieron propaganga» en la Asamblea Nacional, no presentaron su memoria y cuenta

 

Días atrás andaba por Valencia ajetreadísima. La directora de Transparencia Internacional Venezuela Mercedes De Freitas tenía que encontrarse a las 9:30 con el Gobernador de Carabobo para proponerle la evaluación de su gestión, hora y media más tarde estar en la Alcaldía de Naguanagua e inmediatamente después, trasladarse a la de San Diego para entregarle a cada burgomaestre el informe personalizado de la gestión durante 2010. Todavía no ha logrado cita con los alcaldes de los municipios Libertador ni Valencia, se lamenta. Que ella no admite que su empeño porque la administración pública venezolana sea transparente, pueda convertirla en una inquisidora de las violaciones a los procedimientos, verdugo implacable de las malas prácticas en la administración pública y marcadora de los funcionarios que se saltan las normas y ocultan de la mirada ciudadana, la información indispensable para medir el rendimiento de una gestión.

 

«Todos los municipios evaluados bajaron su puntuación. De 46 sobre 100 en 2008, descendieron a 37 puntos en promedio en 2010. ¿Que pasó? En las alcaldías dejaron de aplicarse los procesos cuando asumieron los nuevos alcaldes. Hicieron caída y mesa limpia». Y aclara por si acaso: «En una alcaldía con buen Índice de Trasparencia -ITA- pueden producirse actos de corrupción, pero es más difícil y riesgoso».

 

Obsesionada porque los venezolanos «nos preocupemos más por la repartición del botín que por la calidad de la gestión pública», en su apartamento de Macaracuay afinaba los detalles de las nuevas oficinas, especies de asesoría para los trámites públicos que fortalezcan a los ciudadanos frente a la discrecionalidad de los funcionarios y las consecuentes coimas. No quiso adelantar más detalles no sea que desde ahora se abra fuego contra esta iniciativa de participación en los asuntos públicos y de contraloría social eficaz contra la corrupción.

 

Su preocupación en estos tiempos revolucionarios, es ese andamiaje jurídico del poder popular, que ya dibuja la Venezuela comunal. «La nueva institucionalidad carece de todos los sistemas de controles anticorrupción. En las leyes aprobadas, los organismos de participación ciudadana dependen de la vicepresidencia de la República, de la voluntad y los recursos de una sola persona. Y aunque sea muy abstracto para la gente, es vital para la democracia y beneficioso para el control de lo público: la separación de poderes».

 

-Si de verdad le quieres dar más poder a la gente, asígnale los recursos a los consejos comunales y las comunas del 76% del dinero que se reserva el Ejecutivo Nacional, no lo saques del 15% que van a las gobernaciones y alcaldías. La misma cantidad de dinero, ahora distribuida entre más. ¡Otorgarles mayores recursos a las organizaciones de base de la sociedad es realmente transferirles más poder! Vociferar que se le está dando poder a los ciudadanos organizados es mentir, si no les das los recursos para ejecutar acciones de políticas públicas. Es muy clara la relación entre poder y recursos disponibles.

 

No salió de su asombro mientras observó las presentaciones de la Memoria y Cuenta del tren ministerial. Al fin y al cabo, conocer muy bien la estructura y contenido del informe sobre la gestión de un ministro para el escrutinio de los ciudadanos, es parte de los atributos que debe poseer para desenmascarar la corrupción solapada, la encubierta en procedimientos engorrosos, en la burocracia y ahora, en la ideología. «La Asamblea Nacional no fue un espacio para el rendimiento de cuenta de los ministros, sino de propaganda política».

 

-No se ha entregado ninguno de los informes de gestión. Vimos una enumeración de los logros en 12 años de mandato del presidente Chávez. No se respondieron preguntas. La interpelación es para aclarar dudas.

 

-¿Cómo debe ser entonces la presentación de una memoria y cuenta?

 

-No se le rindió ninguna cuenta al país. Los ministros tenían que presentar los objetivos propuestos para ejecutar en un año, revelar lo que no se ejecutó, el dinero presupuestado y al concluir el lapso hacer un balance entre los problemas que se pensaban resolver y los logros obtenidos, para presentar nuevas estimaciones. ¿Cómo sabemos cuáles son nuestros problemas hoy si no tenemos una evaluación? Las interpelaciones de los ministros evidenciaron que en este Gobierno los problemas de la gente no son lo más importante, sino imponer el proyecto político. Los diputados tienen el deber de hacer la contraloría pública y la obligación de revisar los informes que le presentan sus funcionarios, hacer análisis, comprobarlos y garantizar la calidad de los datos ofrecidos.

Muy transparentes y la corrupción ¿Qué?

-La gente tiene la percepción de que la corrupción aumenta desbocadamente, incluso en alcaldías positivamente evaluadas por gestiones transparentes…

 

-Si no hubiese corrupción, ni siquiera me pasaría por la cabeza pagarle a alguien para que me ayude a resolver un trámite. En Venezuela, lo primero que uno piensa cuando tiene que sacar un permiso es preguntarse cuánto costará obtenerlo más rápido. ¿Sí o no? Cuando alguien se gana un contrato, hay suspicacia por el monto que habría pagado. Si llega a ocupar un cargo público, lo envidian ´porque lo pusieron donde hay´. Lamentablemente no son percepciones, ocurre. Los corruptos andan por la calle ostentando sus bienes recién adquiridos, porque no hay sanciones por su abuso de los bienes públicos. Son los primeros invitados en recepciones y en eventos privados o públicos, totalmente contrario,a una sociedad que relega a la gente moralmente indigna, porque abusa de la confianza y de los recursos de los ciudadanos.

 

-¿Quiere decir que todos los venezolanos tenemos mentalidad de corruptos?

 

– Yo creo que todos los venezolanos pensamos que la mejor manera de alcanzar aquello a lo cual creemos tenemos derecho, es por los ´caminos verdes´, por la trocha. ¿Acaso no es el hombrillo el canal que avanza más rápido en el país? Entonces, la responsabilidad contra la corrupción es de todos. Y no es que considere que seamos una cultura inferior al resto, o que los suecos o finlandeses sean superiores a nosotros, de ninguna manera lo puedo aceptar. Es que esta institucionalidad -por eso hay que metérselo por la sangre a la gente para que lo comprenda- no hace cumplir la ley, es injusta e indolente y permite que la impunidad sea altísima. Mi ejemplo típico: la misma persona en Estados Unidos no se toma ni un trago de cerveza para manejar, en Venezuela conduce borracho. En Chacao uno se comporta mejorcito que en el resto del país, los motorizados usan casco, a nadie se le ocurre ´comerse un semáforo´ y los conductores no hablan por el celular si no tienen manos libres. Pero a la gente no le gusta que yo haga referencia a la necesidad de las sanciones. ¡Cada vez me parece más absurdo que la gente prefiera que no se cumpla la ley! ¿Dónde están los cuerpos del Estado encargados de hacer cumplir las leyes? Pero la verdad Dhameliz, hay otro tema por ahí con ese poco de legislaciones aprobadas a la ligera sin que uno se entere, que agradece que no se cumplan. Hay una cantidad de leyes sobre leyes, de normas sobre normas como esa que acaban de aprobar la cual determina que toda la información del Estado es de carácter reservado.

 

-Lo que tiene que ver con la transparencia de la información…

 

-Que no hay -interrumpe-.

 

-Vinculado también a los datos que ofrecieron los ministros en la Asamblea Nacional durante las interpelaciones. ¿Son cifras transparentes?

 

– Eso no fue espacio de rendimiento de cuentas de ministros en el parlamento de un país, sino un espacio de propaganda, porque lo primero que tiene que ocurrir, es que se entregue por escrito un informe, el cual se tenga tiempo de revisar, estudiar, analizar y sobre el cual se hacen observaciones para felicitar a los ministros por las tareas cumplidas y pedir explicaciones por las faltantes. Sin embargo todavía no se ha entregado ninguno, ni en físico, ni en digital. Ellos hicieron las interpelaciones de la rendición de cuentas de 2010 antes de distribuir los informes. Tampoco se respondieron preguntas. Cada uno tenía sus discurso preparado y ese era el que echaba. Lo que hicieron fue una reseña de lo que hicieron mejor en los 12 años de gestión. ¿Cómo es eso? Tampoco hubo equidad en el tiempo de participación para los parlamentarios de las fuerzas democráticas. Una interpelación es para aclarar dudas sobre las tareas ejecutadas en un año.

 

-En una democracia ¿Cuál es el propósito de la presentación de la memoria y cuenta y que importancia tienen en la lucha contra la corrupción?

 

-Primero son trimestrales y no son una defensa personal. Los ministros no rindieron cuentas. Tenían que presentar los objetivos que se proponían desarrollar, los problemas que se pensaban resolver con las políticas públicas que se decidieron ejecutar durante un año. Cuánto dinero se tenía previsto y al concluir el lapso explicar lo ocurrido con los asuntos que se querían atacar y los recursos presupuestados. Informar era la obligación, el ministro tiene que decir con qué equipo contaba, la interacción con los otros poderes públicos, no este mamotreto de propaganda con fuegos artificiales, simpatizantes en las gradas, música, espectáculo, show. La puesta en escena no aportó mayores datos que permitan a los venezolanos hacer una evaluación importante de la gestión de Gobierno. ¿Cómo sabemos cuáles son nuestros problemas hoy, si no contamos con una evaluación? Lo que estamos observando de este sistema político, es que su mayor esfuerzo es para vender un proyecto y no el de resolver los problema de la gente. Por lo tanto, explicar la utilización de los recursos públicos no es importante. Le recordamos a todos los diputados sin distingo de color, que su obligación no es con el presidente Chávez, sino con los venezolanos. Que su responsabilidad es la de hacer contraloría de la gestión pública, por lo tanto su deber es buscar y revisar los informes de los diferentes ministerios en las comisiones.Su responsabilidad es hacer análisis profundos de los datos suministrados, comprobarlos, evaluar la calidad y finalmente valorar si la gestión de ese ministerio era lo que realmente necesitaba el país. Los ministros están obligados que rendir cuentas y ser sancionados si no cumplen.

Casi de últimos

-¿Sigue estando reprobada Venezuela en materia anticorrupción?

 

– Sí. En el Índice de Percepción de la Corrupción, basado en 12 estudios distintos, indica que los venezolanos perciben que hay muchísima corrupción, todos los países de América Latina son menos corruptos que nosotros. Estamos de últimos. Hasta el año 2007, habían 5 países por debajo de nosotros. En 2009 tan sólo Haití y en 2010, ninguno.

 

No es que hayamos empeorado, porque los números son más o menos los mismos, pero como nos medimos con otros países de América Latina y el Caribe que han mejorado, han dejado de estar por debajo. El problema no es que estemos mejor o peor que la cuarta república, sino mirar cómo ha avanzado el resto del mundo y si estamos viviendo mejor o peor.

 

-¿Qué implicaciones tiene la negación del acceso de información de los organismos del estado?

 

-¡Es la típica respuesta de los gobiernos autoritarios! No dar información es una lógica distinta a la lógica de la democracia, la cual considera que los ciudadanos son los dueños de lo público, responsables de lo que les ocurra a ellos y a su comunidad, por lo tanto tienen que trabajar para sostenerse y para mantener de la mejor manera lo público. Pero en Venezuela tú no eres dueño de lo público sino el que gobierna, porque gobierno y Estado son más o menos la misma cosa. Y como nosotros no tenemos acceso al Estado, ellos deciden qué es lo que nosotros tenemos o no derecho. Bajo la excusa del bien común, que por lo general no es lo que nosotros pensamos que necesitamos, si criticamos al Gobierno puede caernos las leyes de desacato. Si se exige información sobre las epidemias, no se ofrecen porque es peligrosa. ¿Qué es eso? ¿En que cabeza cabe que nosotros no podemos saber cuánto se gasta en la seguridad del Estado por ejemplo? Nosotros no somos un país que vivíamos en la opacidad, en el oscurantismo y vamos hacia la luz, es al revés.

 

Fuente: El Carabobeño/ Dhameliz Díaz. A-9. Sábado 12 de marzo de 2011.

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