Un vecino de una humilde comunidad del estado Zulia estuvo en la mira de una turba enardecida, azuzada por el jefe de misiones de la localidad al que había denunciado por presuntas irregularidades en la venta de la bolsa del Consejo Local de Alimentación y Producción (Clap)  

Transparencia Venezuela, 14 de septiembre de 2022.  A principios de abril de 2022, un habitante del barrio Armando Reverón de la parroquia Venancio Pulgar, municipio Maracaibo del estado Zulia, denunció a través del WhatsApp de Dilo Aquí el sobreprecio y el cobro ilegal en divisas extranjeras por un combo Clap, el cual le fue exigido a la comunidad pagar con dólares en efectivo. Y, por si esto fuera poco, les advirtieron que si se negaban les quitarían el beneficio. 

Para el momento en que ocurrieron los hechos, el llamado “suplemento alimenticio”, tenía un costo único de cinco bolívares. No obstante, los encargados de distribuir el combo en esa zona, clasificada como vulnerable debido a la pobreza extrema en la que viven sus habitantes, decidieron de forma arbitraria cobrar dos dólares por cada combo de productos.  

Muchos vecinos se quejaron en silencio, pero no se atrevieron a alzar la voz contra los abusadores. Después de todo, para algunos esa bolsa era lo único de lo que dispondrían para alimentarse, al menos por unos días. Solo uno de ellos decidió que no debía quedarse de brazos cruzados, se armó de coraje para dar un paso al frente y denunciar. 

Pero los atropellos y amenazas de quienes se adjudicaron el poder de decidir sobre el derecho al acceso a la alimentación de la comunidad, no se detuvieron allí. Después de recibir los alimentos en el galpón de Mercal donde funciona la Base de Misiones Socialista “Golpe de Timón Omar Prieto Fernández 1”, sin importarles las necesidades de las familias de la zona, los dejaron allí durante dos o tres días antes de iniciar su distribución.  

“La mayoría de las veces, las bolsas llegan incompletas, sin los productos más costosos o difíciles de comprar como aceite, leche y azúcar. Además, asignan solo un combo por casa, sin tomar en cuenta que en muchas viviendas habitan dos o más familias”, expresó el denunciante.  

Por otra parte, indicó que, a diferencia de otras localidades donde la entrega se hace dentro del sector, los vecinos deben trasladarse a la sede de la mencionada Base de Misiones, dirigida por Edulfo Cueto. Allí debían esperar en cola, a la intemperie, durante un tiempo aproximado de 4 a 5 horas para ser atendidos. 

Los personajes mencionados, en lugar de cerrar filas en defensa de los afectados, demostraron que más pesan el miedo y la supuesta “lealtad política” que la solidaridad, la unión y el apoyo mutuo entre vecinos para hacer frente a los problemas comunes y procurar soluciones.

Foto referencial

Cacería de brujas 

Una vez recibido el caso en Dilo Aquí, el 28 de abril se formalizó la entrega de las denuncias ante el Ministerio de Alimentación y la presidencia de Mercal. El denunciante informó que, a raíz del reporte, el 17 de mayo se realizó una inspección en la Base de Misiones de la parroquia Venancio Pulgar, en la capital zuliana. 

Durante el procedimiento, solo estuvieron presentes el misionero Edulfo Cueto y los jefes de los CLAP adscritos a la misma. Actuando a espaldas a la comunidad, que no fue convocada a la actividad, redactaron un acta en la que asentaron los nombres de los vecinos, con sus números de cédulas y teléfonos, pero sin firmas.  

En esa ocasión, según el denunciante, Cueto instruyó a los líderes de comunidad a cobrar Bs 8 por cada bolsa de alimentos, y un bolívar adicional para “gastos logísticos”. Además, les dijo que, al momento de recolectar el dinero, debían hacer que las personas firmaran el acta, bajo la amenaza de no entregarles más el beneficio si se rehusaban.  

El 21 de junio, Cueto fue destituido de su cargo por orden de las autoridades en Caracas, según el denunciante. Aparentemente, el misionero se enteró de que el vecino lo denunció a través de la VenApp Red Social por cobrar las bolsas con sobreprecio y entregarlas incompletas. En represalia, comenzó a enviar mensajes, vía WhatsApp, a las líderes de los Clap de las distintas comunidades para poner en marcha un macabro plan. 

Cueto les ordenó que hicieran una pequeña asamblea y que después se dirigieran a la casa del denunciante, de no encontrarlo allí, en los mensajes les dice que lo busquen en casa de “Ñoño”, Amaranto o Javier. En los textos no especifican cuál fue el objetivo de la asamblea ni de la búsqueda del vecino que hizo la denuncia, quien recibió la llamada de una conocida para alertarlo sobre lo que se estaba fraguando. 

Al parecer, al saberse destituido, Edulfo Cueto ordenó al grupo de líderes de los CLAP que lincharan al denunciante, pero aclaró que debían hacerlo parecer como una acción espontánea de la comunidad, por eso la urgencia de hacer una “asamblea”. Luego de eso, alrededor de las 5:00 de la tarde, una vecina le informó al denunciante que había una reunión en la cancha, pero él le dijo que no iba a asistir porque tenía otro compromiso. Mientras estaba en la otra reunión, a eso de las 6:00 pm, recibió una llamada de Ender Revilla, quien le dijo que a su casa se presentó una turba de unas 40 o 50 personas, con Johana Acosta (alias Chirly) a la cabeza.

Los supuestos manifestantes, entre quienes estaban Cergina Julio, Arcenia Torres, Leandra Arzuza, Sila Ibarra y su hermano, y Ana Carrizo llegaron vociferando y lanzando piedras contra la humilde vivienda de Revilla. Gritaban que lo sacaran, que lo iban a matar, pensando que el denunciante se encontraba en ese lugar. Los vecinos del hombre salieron a defenderlo y los corrieron con piedras y palos.

Pero los enardecidos agitadores no se iban a dar por vencidos, y de la casa de Revilla fueron a buscar al denunciante a su vivienda. “Como no me encontraron, vociferaron que me matarían donde me vieran porque, según ellos, por mi culpa no iban a llegar más las bolsas de alimentos a la comunidad”, señaló el afectado. 

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El poder de la denuncia 

Ante las amenazas y el hostigamiento del que fue víctima el denunciante, el equipo de Dilo Aquí le recomendó acudir al Ministerio Público para exponer su caso. Las abogadas de ALAC redactaron la denuncia contra Edulfo Cueto y las líderes del Clap Johana Acosta (alias Chirly), Cergina Julio, Arcenia Torres, Leandra Arzuza, Sila Ibarra, el hermano de ésta y Ana Carrizo, en la que, además, solicitaron una medida de protección a favor del denunciante debido a los antecedentes violentos del caso.   

El denunciante presentó el documento el 23 de junio de 2022 ante la fiscalía quinta del Ministerio Público de la circunscripción judicial del estado Zulia, pero hasta la fecha la institución no se ha pronunciado sobre la medida de protección solicitada. No obstante, exactamente dos meses después del trámite, el denunciante informó que Edulfo Cueto fue aprehendido. Se desconoce los delitos imputados, el organismo que realizó el arresto y si aún permanece detenido. 

Sin embargo, las acciones siguientes a la denuncia demuestran que, a pesar de los potenciales riesgos que implica señalar a un corrupto en un contexto como el venezolano, vale la pena hacerlo cuando las autoridades actúan. Además, también queda la satisfacción personal de haber hecho lo correcto por uno mismo, su familia y su comunidad.  

Muchas familias de comunidades deprimidas y zonas rurales encuentran un alivio en programas gubernamentales como el de los Consejos Locales de Alimentación y Producción (Clap), mediante el cual se distribuye combos con productos básicos como harina de maíz, arroz, pasta, sardinas, granos y, en algunos casos, aceite, azúcar y café, a un precio muy por debajo de su costo real. 

Sin embargo, desde su instauración han surgido quejas y múltiples denuncias sobre la calidad de los productos, supuestas tramas de corrupción detrás de las negociaciones para adquirir los artículos con proveedores nacionales e internacionales, así como irregularidades y abusos de los llamados “jefes de calle” y “jefes de comunidad” que manejan el programa en cada sector.   

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