Una de las líneas de acción de la Gran Misión A Toda Vida Venezuela es la modernización de los sistemas penitenciarios del país. Se trata de transformar el sistema penitenciario venezolano con el fin de garantizar la prestación de un servicio garante de los derechos humanos de las personas privadas de libertad, minimizando los efectos nocivos del encarcelamiento y facilitando los medios adecuados para procurar la rehabilitación  de los privados y privadas de libertad, y mejorar sus posibilidades de reinserción social.

Contando con 70.737 millones de Bs para 2017, la Gmatvv no ha incidido favorablemente en establecer un sistema penitenciario de acuerdo a los principios de derechos humanos. Por lo contrario, el sistema carcelario en el país es uno de peores los  del mundo. Una muestra de ello es la Cárcel Nacional de Maracaibo que albergaría a 800 personas en espacios físicos adecuados y que, para 2016, fue cerrada por razones de lucha de poder.

La corrupción puede ayudar a incrementar los riesgos para la seguridad de los ciudadanos. El aumento de la inseguridad puede generar mayor corrupción. Desde el gobierno nacional se ha aprovechado el incremento de este problema para la retención de información pública y ocultamiento de abusos de poder, lo que repercute en escenarios de elevada amenaza a la seguridad nacional.

 

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