El abogado venezolano montó una red de empresas en cuatro países que le habría servido para manipular los costos de los bienes importados desde Argentina y obtener mayor cantidad de dólares Cadivi. La justicia argentina interrogó la semana pasada a sus socios por posible lavado de dinero

Las maniobras de Generoso Mazzocca para obtener dólares preferenciales

Las maniobras de Generoso Mazzocca para obtener dólares preferenciales

El abogado venezolano montó una red de empresas en cuatro países que le habría servido para manipular los costos de los bienes importados desde Argentina y obtener mayor cantidad de dólares Cadivi. La justicia argentina interrogó la semana pasada a sus socios por posible lavado de dinero

Por María Fernanda Sojo e Iván Ruiz

Un entusiasta Generoso Mazzocca se aclaró la voz frente a los micrófonos para dar a conocer la noticia. A partir de ese 17 de enero de 2014 este abogado venezolano era el nuevo presidente del Portuguesa Fútbol Club, un equipo regional de larga data que acababa de comprar. “Vamos con todos los hierros”, dijo y no dudó en manifestar su cercanía con el comandante Wilmar Castro Soteldo, entonces gobernador del estado Portuguesa y actual ministro de Agricultura y Tierras del gobierno de Nicolás Maduro.

Hasta aquel momento el rol empresarial de Mazzocca no era muy conocido en Venezuela. Públicamente el nombre de este abogado había estado asociado a su faceta política, pues en dos ocasiones a inicios de los años 2000 se presentó como candidato a la gobernación del estado Vargas por partidos opositores. También se le conocía por su ejercicio profesional, dado que figuraba como defensor en varias causas judiciales. Sin embargo, Mazzocca llevaba años tejiendo una red de empresas con operaciones comerciales en cuatro países que encendieron las alarmas en Argentina.

Por María Fernanda Sojo e Iván Ruiz

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n entusiasta Generoso Mazzocca se aclaró la voz frente a los micrófonos para dar a conocer la noticia. A partir de ese 17 de enero de 2014 este abogado venezolano era el nuevo presidente del Portuguesa Fútbol Club, un equipo regional de larga data que acababa de comprar. “Vamos con todos los hierros”, dijo y no dudó en manifestar su cercanía con el comandante Wilmar Castro Soteldo, entonces gobernador del estado Portuguesa y actual ministro de Agricultura y Tierras del gobierno de Nicolás Maduro.

Hasta aquel momento el rol empresarial de Mazzocca no era muy conocido en Venezuela. Públicamente el nombre de este abogado había estado asociado a su faceta política, pues en dos ocasiones a inicios de los años 2000 se presentó como candidato a la gobernación del estado Vargas por partidos opositores. También se le conocía por su ejercicio profesional, dado que figuraba como defensor en varias causas judiciales. Sin embargo, Mazzocca llevaba años tejiendo una red de empresas con operaciones comerciales en cuatro países que encendieron las alarmas en Argentina.

Para la fecha en la que compró el Portuguesa FC, el abogado venezolano había manejado durante tres años una estructura empresarial que le permitía jugar en diferentes equipos al mismo tiempo. Mazzocca había adquirido indirectamente una empresa en Venezuela para importar alimentos y maquinaria agrícola y, a la vez, había montado compañías en el exterior para que le vendieran los productos que él mismo requería ¿El objetivo? Inflar los costos de las exportaciones, vender a  precios más altos y así lograr que el gobierno chavista le aprobara mayor cantidad de divisas preferenciales.

Una investigación periodística liderada por Transparencia Venezuela y el CLIP con el apoyo de Organized Crimen and Corruption Reporting Project (OCCRP) logró reconstruir las maniobras realizadas por Mazzocca, a través de reportes de la Unidad de Información Financiera de Argentina, registros oficiales y otros documentos públicos de Venezuela. Esta pesquisa periodística encontró que mediante la manipulación de los costos de las exportaciones, el empresario facturó más de US$ 22 millones entre 2011 y 2013 en medio del cerco cambiario en Venezuela, un privilegio para pocos.

Las maniobras realizadas por Generoso Mazzocca le permitieron facturar más de US$ 22 millones a través de la empresa creada en Argentina

El reporte confidencial de la Unidad de Información Financiera (UIF) de Argentina detalla que las operaciones sospechosas ocurrieron entre 2011 y 2013, cuando aún estaba vigente en Venezuela un férreo control de cambio que restringía el acceso a las divisas tanto a particulares como a empresas. Las compañías que querían importar debían esperar que la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) les aprobara la compra de dólares. Esas operaciones comerciales gozaban de un tipo de cambio preferencial (menos bolívares por dólar), pero su autorización era discrecional. Industrias con tradición comercial no lograban conseguir todas las divisas que requerían, mientras compañías de maletín consiguieron grandes asignaciones. Más de US$ 20.000 millones se habrían fugado por esta vía solo en 2013, según denuncias de exministros del gobierno de Hugo Chávez.

La maniobra de Mazzocca guardaba una última operación ventajosa. Luego de conseguir los dólares por la importación de productos, los vendía a empresas del Estado venezolano, como el famoso Mercado de Alimentos, Mercal, que fue uno de los programas bandera del chavismo, destinado principalmente a las familias de más bajos recursos.

Los movimientos detectados por las autoridades argentinas pueden tener un desenlace inminente en los tribunales. Pablo y Facundo Rosa, los socios argentinos de Mazzocca, fueron interrogados a principios de septiembre por el juez federal Marcelo Aguinsky por el presunto delito de lavado de dinero, acusación que podría hacer extensiva en los próximos días al empresario venezolano, informaron fuentes judiciales.

Esta alianza periodística intentó en varias ocasiones hacerle preguntas a Mazzocca, pero desde sus oficinas en Caracas respondieron que el empresario estaba de vacaciones en una isla fuera de Venezuela. Tampoco sus socios argentinos respondieron las consultas que se le enviaron a uno de sus abogados en ese país.

Muchas empresas, un mismo socio

Fue en junio de 2011 cuando comenzaron las operaciones comerciales, realizadas dentro del tratado de libre comercio Colombia, Ecuador, Venezuela y Mercosur, suscrito en octubre de 2004 y atractivo porque otorgaba un régimen de aranceles muy favorable. Ese mes Mazzocca compró 54,4% de las acciones de la empresa Trinswol que había sido creada en Buenos Aires seis meses antes. El restante 45,6% quedó en poder de Pablo Osvaldo Rosa, uno de los dos argentinos que la había constituido originalmente.

Justo después de la incorporación de Mazzocca en Trinswol, la firma inició sus operaciones comerciales. Su único cliente fue Agropecuaria Temblador, C.A, una compañía privada venezolana que en documentos pertenecía a Luis Alejandro Abreu Linarez, María Antonia Rodríguez Mata y Luis Antonio Fernández Gonzáles, pero que realmente era propiedad del mismo Mazzocca, como él confirmó en un reportaje publicado en agosto de 2021 por el medio de investigación Armando.info.

Trinswol firmó un contrato con Agropecuaria Temblador por US$ 200.000 mensuales en el que se comprometía a realizar dos trabajos. Por un lado, prestar servicios de marketing y comercialización para hacer estudios de mercado en Venezuela y, por el otro, exportar productos alimenticios y maquinaria agrícola también para Venezuela. Sin embargo, los fondos que llegaron a Argentina desde la empresa venezolana fueron más altos. Al menos entre 2011 y 2013 las transferencias recibidas por Trinswol ascendieron a US$ 22 millones, según el reporte oficial.

Las autoridades indicaron que Trinswol, que no tenía mayor experiencia ni capacidad económica para realizar esos movimientos financieros, recurrió a terceros como proveedores. Para hacer los supuestos estudios de mercado la empresa argentina subcontrató a cinco firmas internacionales que también estaban relacionadas directa o indirectamente con Mazzocca.

 

Trinswol contrató a Shinox Corp creada en Panamá y a Shinox Corporacion LLC, registrada en Estados Unidos, ambas dirigidas por Mazzocca, según registros públicos. Además, contrató a Agropecuaria Barrancote, C.A, Comercializadora Nahuen, C.A y Agropecuaria Lear, C.A, todas ubicadas en Venezuela. Aunque Mazzocca no está directamente involucrado en estas últimas tres compañías, en sus juntas directivas sí es fácil identificar a tres mujeres que han sido empleadas de Mazzocca y con las que él ha tenido cercanía, según se ve en fotos publicadas en redes sociales: Marjorie Linares Pernía, María Olimpia Labrador y Nayadet Mogollón Pacheco.

Los contratos firmados entre Trinswol y cada una de las empresas proveedoras de servicios comprendían pagos de entre US$ 70.000 y US$ 180.000 al mes. Los desembolsos se hicieron desde Argentina a las cuentas que tenían estas compañías en terceros países. Es decir, que el dinero que cobraba Trinswol por sus ventas a Venezuela, tampoco se quedaba en Argentina. Los fondos o bien volvían a cuentas en Venezuela, o iban a cuentas en Panamá, Estados Unidos y Andorra.

Dado que Trinswol no era una empresa productora, también debió contratar a otras dos compañías para proveer los alimentos y maquinarias con los que se había comprometido. Compró y exportó a Venezuela cereales envasados para el consumo de la marca Granix, fabricados por la Asociación Argentina de los Adventistas del Séptimo Día, y maquinarias agrícolas para siembra y fertilización de la firma Pillmayquen S.A.

Los investigadores de la UIF no consiguieron evidencias de un vínculo entre los directivos de Trinswol, la Asociación Argentina de los Adventistas del Séptimo Día o la firma Pillmayquen SA, pero sí despertó sus sospechas cuando detectaron transferencias realizadas entre la firma argentina, la venezolana Agropecuaria Temblador y las otras cinco empresas contratadas por servicios empresariales.

“Se advierte la coexistencia de distintas sociedades extranjeras que proveen servicios similares en las cuales se repiten los accionistas, directores, abogados y representantes (…) Aquí surge el interrogante sobre, si en realidad existe la prestación, si los precios de comercialización son los verdaderos, o si son superiores, si las firmas cuentan con la logística y los medios para proporcionar dicho servicio y, por último, por qué no fueron contratadas directamente por Agropecuaria Temblador C.A”, se lee en el documento filtrado.

Desde Argentina hasta Mercal

Los estados contables de Trinswol arrojan pistas que ayudarían a esclarecer parte de los interrogantes: sólo durante 2011 gastó alrededor de US$ 2,3 millones en la exportación de productos a Venezuela. Pero lo que más llama la atención de los investigadores es que la compañía aseguró que adquirir los productos a las empresas proveedoras le costó US$ 380.000, mientras que llevar esos bienes a los puertos venezolanos tuvo un costo de US$ 1,9 millones. Es decir, el precio final de venta a Venezuela se incrementó en más de 500%.

Otros documentos comerciales de la empresa revelan movimientos similares que se extendieron hasta 2013, justo el año en el que hizo mayores exportaciones a Venezuela. Trinswol compró en junio productos alimenticios por un valor de US$ 235.000, los exportó a Venezuela, y le facturó a la firma Agropecuaria Temblador un total de US$ 795.000. Vendió los productos un 238% más caro.

“Las maniobras descritas evidenciarían una manipulación en los costos declarados por la sociedad exportadora argentina, que a través del incremento del precio de sus productos exportados le permitió a la compañía importadora venezolana la obtención de una mayor cantidad de divisas, en un contexto de restricciones al acceso al mercado de cambios”, añade el reporte de la UIF.

El juez argentino Marcelo Aguinsky impulsó la denuncia realizada por la fiscalía antilavado hasta llamar a declarar como acusados a Pablo y Facundo Rosa, los socios de Mazzocca, por el delito de lavado de dinero asociado a esta maniobra. Tras la declaración de los empresarios argentinos, el magistrado evaluará la situación procesal de Mazzocca, que también está entre los investigados en los tribunales argentinos por estas maniobras. Si la acusación prospera, el expediente luego debería ser elevado a juicio oral.

El juez Aguinsky ya tiene experiencia en este tipo de causas: tras ocho años de investigación, el magistrado procesó en mayo pasado al empresario argentino Juan José Levy por las millonarias exportaciones fraudulentas a compañías estatales venezolanas, un caso testigo que puede abrirle el camino a muchas otras acusaciones por operaciones dentro del fideicomiso bilateral que todavía no han prosperado ante la falta de colaboración desde los tribunales venezolanos.

La opacidad que caracterizó la asignación de divisas oficiales en Venezuela impide confirmar si Agropecuaria Temblador recibió divisas preferenciales en 2013. Pese a que a finales de ese mismo año, el presidente Nicolás Maduro aseguró que publicaría la lista completa de las personas jurídicas que habían recibido dólares preferenciales, la información no ha sido divulgada. Lo que sí es público es que en 2014 Agropecuaria Temblador recibió US$ 6,7 millones, por parte del Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex) que sustituyó a Cadivi, según la lista publicada por el ente.

La ficha de Agropecuaria Temblador C.A. en el Registro Nacional de Contratistas (RNC) arroja más información de interés. El documento precisa que al menos dos de sus clientes fueron compañías del Estado venezolano: el Mercado de Alimentos, C.A (Mercal), conocido como la cadena de mercados más grande del gobierno y la Red de Acopio, Distribución y Comercialización de Insumos Alimenticios (Redial), un ente adscrito a la gobernación del estado Portuguesa que fue creado en 2009 bajo el mandato de Wilmar Castro Soteldo.

Agropecuaria Temblador y Mercal celebraron un contrato bajo el número 1194, cuyo objeto era la venta de cereales inflados y tostados para el desayuno, según la ficha de RNC. Mientras que con Redial se acordó el suministro de “carne en cortes, animales en pie, cereales, arroz, azúcar, caraotas, etc”. Aunque en el documento no se indican las fechas de los contratos ni sus montos, en medios de comunicación estatales es posible identificar que al menos entre 2013 e inicios de 2014 se vendieron varios tipos de cereales de la marca Granix en las ferias que hizo Mercal. De acuerdo con la UIF, Agropecuaria Temblador era la importadora exclusiva de esos productos.

Esta alianza periodística contactó a representantes de Granix que confirmaron que Trinswol SA fue su cliente, pero agregaron que desconocían las maniobras ahora reveladas. Hace más de un año la justicia les pidió información sobre las operaciones realizadas con ese cliente y ellos aportaron todos los datos que tenían.

Las ventas de Agropecuaria Temblador a Redial son otro ejemplo de las relaciones entre Generoso Mazzocca y Castro Soteldo. Productores agropecuarios del estado Portuguesa no dudan en confirmar la cercanía entre ambos, que ya fue documentada en el citado reportaje de Armando.info. “Son muy cercanos. Mazzocca es el puente para llegar al ministro”, dijo una fuente del sector que prefirió no ser identificada. Agregó, que ese vínculo habría sido clave para que en 2019 el empresario estableciera una alianza estratégica con el Estado venezolano para manejar el central azucarero Santa Elena, en esa misma entidad.

Las vinculaciones de Mazzocca con personas políticamente expuestas van más allá. En marzo de 2010 constituyó la empresa Alimentos Gema con Luis Alejandro Abreu Linarez y Carlos Luis Aguilera Borjas, un militar y exescolta de Hugo Chávez, investigado por la justicia de Andorra por presunto lavado de dinero. La dirección que registró la empresa fue la misma que reportaría luego Agropecuaria Temblador. Además, la contadora pública que aparecía como comisaria de ambas empresas era la misma persona, Fátima Coelho De Abreu, quien años después se convertiría en socia de José Domingo Correia Leca, otro de los venezolanos investigados por la UIF de Argentina. (Lee la historia “Usaron testaferros en Argentina para desviar fondos de un frigorífico de Machiques”)

El vínculo de Mazzocca con Aguilera Borjas no se da sólo a través de Alimentos Gema. La UIF destaca una relación indirecta entre ambos a través de Mark B. Goldstein, una firma de abogados con sede en Florida que aparece como directora de las empresas Airca 5282, S.A (en Panamá), cuyo presidente fue el militar venezolano y Comercializadora Nahuen LLC (en Estados Unidos), propiedad de Mazzocca. Curiosamente esa empresa comparte el nombre con una de las compañías de “servicios de marketing”, contratada por Trinswol, Comercializadora Nahuen, C.A, registrada en Venezuela, pero con una cuenta bancaria en Andorra, donde recibió una transferencia por US$ 290.007 en octubre de 2013 de parte de la firma argentina, según la UIF.

En 2013 Trinswol transfirió US$ 290.007 a una cuenta en Andorra, el mismo principado donde se le abrió una investigación por lavado de dinero a un exsocio de Mazzocca

En la red de empresas que ronda este caso hay otra con un nombre similar, la firma Nahuencaleu S.A, registrada en Argentina en julio de 2009 y dirigida por Facundo Rosa, hijo del accionista de Trinswol y la abogada venezolana Hildamar Coromoto Fernández, quien seis meses después fue designada asesora legal de la Superintendencia de Servicios de Certificación Electrónica (Sucerte), adscrita al entonces Ministerio de Ciencias, Tecnologías e Industrias Intermedias de Venezuela.

Una relación con historia

Aunque la mayoría de las empresas mencionadas en el reporte de la UIF están vinculadas directa o indirectamente con Mazzocca, el rastro de su socio argentino, Pablo Osvaldo Rosa resulta cuanto menos interesante. Las relaciones comerciales entre ambos hombres se remontan varios años antes del nacimiento de Trinswol y se desarrollan tanto en Buenos Aires como en Caracas.

Rosa, quien visitó Venezuela en más de 30 veces entre 1993 y 2019, figuró como director de la empresa Arrendamiento Corporativo de Venezuela, dedicada entre otras cosas a la compra, venta, alquiler, importación de todo tipo de equipos de transporte y realización de obras civiles. Las otras directoras de la compañía eran en 2005 Yolanda Duran y María Antonia Rodríguez, esta última es la misma persona relacionada con Mazzocca que aparece al frente de las empresas proveedoras de Trinswol. El propio Mazzocca terminaría siendo director de Arrendamiento Corporativo de Venezuela años después.

En diciembre de 2015, luego de los negocios de Trinswol, Rosa y su esposa Patricia Lea Barbosa compraron un inmueble por casi US$ 1 millón en el edificio Biscayne Boulevard, una avenida rodeada por condominios de lujo en Miami, de acuerdo con registros obtenidos por el Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP). En ese mismo edificio habían adquirido una propiedad Mazzocca y María Antonia Rodríguez en marzo de 2011 por US$ 750.000. Ambas propiedades tienen ahora otros dueños.

Así como el patrimonio de los Rosa, que ahora está bajo la lupa de la justicia, los bienes de Mazzocca también crecieron durante las operaciones comerciales con Trinswol. El venezolano adquirió en diciembre de 2011 otro apartamento (junto a Rodríguez) en el lujoso complejo Península II de Miami, con vista a la bahía de Biscayne por US$ 795.000. Tres años después, en noviembre de 2014 lo vendieron por US$ 1,2 millones. 

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