Rosario, 26.09.2010 – A Mercedes de Freitas se le nota la emoción al hablar, pese al celular y a la distancia: la entrevista se hace desde su casa, en las afueras de Caracas. La fundadora y directora de la prestigiosa ONG Transparencia Venezuela detalla la impresionante lista de abusos que el gobierno chavista comete a diario contra las condiciones básicas para que haya unas elecciones mínimamente equilibradas. Y, a diferencia de otros, no apuesta a que la oposición pueda alcanzar hoy un tercio o más de las bancas de la Asamblea Nacional (son 165 en total). Con 40 ya «sería una situación distinta, dado que hoy no hay ninguno. Harían una tarea importante, devolverían a la Asamblea un espacio de discusión que hoy está sólo en los medios» .

Sobre el tantas veces mencionado riesgo de fraude, De Freitas, especialista en el tema (ha sido veedora en numerosas elecciones), casi lo descarta, y señala que el problema grave es otro. «Hoy hay muchos sistemas de verificación, y están los testigos (fiscales) en cada mesa. El mecanismo para evitar el fraude está. No, mi temor no es ése». ¿Y por dónde pasa entonces el peligro? «El temor grande es por lo que ya pasó, las debilidades de los partidos y la ciudadanía, que asumieron jugar este partido de las elecciones con un árbitro que no es objetivo, con la cancha inclinada y el arco de cada parte que no es del mismo tamaño. Se dejó entrar a la cancha a los jugadores de un solo color». Porque «cuando no se cumplen las condiciones mínimas requeridas y una de las partes, el gobierno, hace una descarada utilización de sus medios y recursos, es un juego sin igualdad de condiciones. La ley se reinterpreta a gusto, aunque esté prohibido el uso de recursos públicos para fines electorales. En Venezuela se prohibió la financiación pública de los partidos en 1999. Pero los funcionarios públicos hacen campaña día y noche. Se ve en los autobuses, en los medios del comunicación, todo el día. Y desde antes de la campaña formal, de sólo un mes, la campaña oficial se hizo en las «cadenas» (las cadenas nacionales obligatorias en radio y TV) del presidente. Todos los canales (de aire) y radios están obligados. En otros países, en campaña electoral se prohibe incluso que el gobierno inaugure obras. Acá, en Venezuela, en cambio, estamos a la retaguardia de la equidad política, y el presidente ha hecho de estas elecciones un proceso plebiscitario.

En nueve de cada diez carteles callejeros el que aparece es Chávez, no el candidato oficial. El abre y cierra los actos, viaja todos los días por el país.Y esos son recursos públicos. Además de las cadenas, está la manipulación de la propaganda de la llamada responsabilidad social, que obliga a pasar «cuñas» (avisos) gratis. Se supone que son espacios para las ONG. Pero esa propaganda gratis debe ser aprobada por el Ejecutivo, y por supuesto aprueba sólo cuñas del oficialismo.

   —Además están los numerosos medios estatales, aunque creo que tienen poca audiencia.
   —Sí, los canales públicos tienen poca audiencia. Pero son muchos, además están las 34 radios que sustituyeron a las privadas cerradas por el gobierno y llegan a todo el país. Y luego están las radios “comunitarias”, que en realidad son todas del PSUV (el partido oficialista). Así que los medios públicos son muchos y son usados descaradamente. En cuanto a los canales privados de gran audiencia, a RCTV lo cerró Chávez, como se sabe. Y Venevisión, del grupo Cisneros, el otro canal privado de aire, hace lo que ellos llaman equilibrio. Pero ese equilibrio es muy complaciente, se cuidan mucho. Esto explica el crecimiento explosivo del canal de cable, para salvarse de las “cadenas”.

   Pero hay un aspecto aún más grave, que muestra en toda su crudeza el ejercicio del poder chavista. “Hay una cantidad de gente que depende de su trabajo en el Estado. Los empleados públicos aumentaron significativamente por las expropiaciones y nacionalizaciones” que ordenó Chávez en los últimos años. Es sobre ellos que se ejerce el apriete más crudo. Porque “hay obligación de ir a las marchas del oficialismo. En la Asamblea Nacional vi un transparente donde se ordenaba a los empleados: «mañana, a la marcha, con traje bolivariano», que es el de la camisa roja. Está claro que todos los empleados estatales reciben mucha presión; además, les quitan un día de sueldo para el partido. Y desde el gobierno se pone en duda el secreto del voto, para presionar a los empleados estatales y a los beneficiarios de planes sociales. Se les dice que el sistema electoral, que incluye la toma electrónica de huellas, permite identificar el voto. La oposición, en cambio, insiste en que el voto es secreto, lo mismo hace la Iglesia. Hay un gran esfuerzo, se llama a votar y se resalta que nadie sabrá por quién votaste. El otro gran esfuerzo es tener testigos (fiscales) en todas las mesas, porque, claro, el sistema es seguro siempre que haya gente controlando en las mesas, si no hay testigos se pueden meter votos en las urnas”

   —Entonces, si la oposición no tiene testigos en todas las mesas, sí hay riesgo de fraude. ¿Tienen gente para cubrir todas las mesas?
   —No lo creo, hay muchos sitios controlados por bandas de fuerzas chavistas, allí será difícil. Además, el Consejo Natural Electoral (la autoridad estatal en la materia) es favorable al poder. Tres de sus rectores eran ministros hasta hace un ratito.
   —¿Y cuáles resultados se pueden esperar? La oposición habla de un tercio de las 165 bancas.
   —Son cifras optimistas, pero hay que mantener la esperanza. Las encuestadoras más confiables dicen que serán 45 diputados, menos de un tercio. Para superar el tercio son 56, esa sería la cifra soñada, que permitiría iniciar un proceso de más equilibrio en el país, que obligue a la negociación, que obligue a cumplir con la ley. Que, por ejemplo, se hagan revisiones reales al presupuesto. En los últimos 4 años la Asamblea ha aprobado los presupuestos sin ninguna modificación, algo impresionante. Hace falta un contrapeso para tener una democracia que le exija calidad de gestión al gobierno, que controle la corrupción.

   De Freitas se conforma con que “haya 40 diputados de la oposición. Esa sería ya una buena noticia, sería una situación distinta, dado que hoy no hay ninguno. Harían una tarea importante, devolverían a la Asamblea un espacio de discusión que hoy está sólo en los medios y no en la Asamblea. Y evidenciarían la discrecionalidad y el abuso de poder. El país tendría una hoja de ruta más democrática, habría más cumplimiento de las normas y con una mayor equidad entre las partes, se lograría la exigencia de cumplimiento de mínimos estándares anticorrupción, con la Asamblea ejerciendo de contraloría de los ministerios”.

   La ley electoral dibujó el mapa para favorecer el voto chavista. “En el Estado de Miranda, donde vivo, hay que tener 150 mil votos para lograr un diputado, mientras en el Amazonas con 50 mil votos alcanza”. Más allá de estas triquiñuelas, lo que está en juego es el panorama para las presidenciales de 2012. “Por eso es muy interesante ver la cantidad de votos de este domingo. Si la oposición mejora en términos absolutos, en cantidad de votos, es un síntoma interesante con la vista puesta en el 2012. Pero también se dice que si la oposición saca menos de 56 escaños, Chávez llamará a una reforma constitucional donde desaparecerán las alcaldías y las gobernaciones, y avanzaría el llamado modelo comunal, creado por Chávez para erosionar a alcaldes y gobernadores opositores”.

Menor impunidad

Cuando se menciona el riesgo de que Chávez eluda a la Asamblea si no le gusta el resultado del voto, De Freitas responde: “Todo puede ocurrir, pero si la oposición saca un tercio le costará mucho más políticamente tomar decisiones de ese tipo. Porque esos diputados serán muchos votos. Y además los poderes públicos se la pensaran mejor antes de aprobar un camino tan radical, la impunidad ya no será tal. Si la tuviera tan fácil, ya habría hecho algo así con las alcaldías y gobernaciones”.

Fuente: Diario La Capital

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