María Corina Machado: “El miedo no es a la intervención, el miedo es a la justicia”

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La dirigente opositora insistió en que la salida a la crisis venezolana no es electoral y planteó la necesidad de organizar una operación de estabilización y paz liderada por aliados internacionales que concrete el “cese a la usurpación” mediante acciones disuasivas 

Transparencia Venezuela, 11 de septiembre de 2020. Luego de rechazar el llamado de Juan Guaidó a conformar un gobierno de emergencia nacional respaldado por 37 organizaciones políticas y parte de la comunidad internacional, María Corina Machado tomó también distancia de la postura asumida por Henrique Capriles Radonski, de avalar las elecciones parlamentarias convocadas por Nicolás Maduro para el 6 de diciembre. La exdiputada y dirigente de la organización Vente Venezuela calificó el proceso como una farsa, una maniobra que busca echar por tierra  los esfuerzos por deslegitimar a quienes detentan el poder. “Mientras el régimen pueda penetrar los espacios de toma de decisión con actores que se han plegado por intereses, por chantaje o amenaza, lamentablemente no vamos a lograr el propósito unitario que es la liberación de Venezuela. El acuerdo unitario es la ruta: primero el cese de la usurpación para después ir a un gobierno de transición y tener luego elecciones libres. Queda claro que pretender que por la vía electoral el régimen va a entregar el poder, no solamente hace un daño enorme al esfuerzo internacional de deslegitimación del sistema usurpador, sino que prolonga la agonía de los venezolanos. Para mí, lo del 6 de diciembre no son elecciones, es la derrota. Es la capitulación de un sector de la dirigencia que no representa las aspiraciones de los ciudadanos”, declaró.

Machado, durante la entrevista que le hizo el periodista Pedro Pablo Peñaloza en el programa Para dónde vamos de Transparencia Venezuela y la Coalición Anticorrupción, insistió en que lejos de ser electoral, la salida a la crisis venezolana es la conformación de una fuerza externa que active una operación de estabilización y paz en el país. “Quienes hablan de elecciones son Turquía, Rusia, China, Cuba, Argentina, México, Nicaragua, (José Luis Rodríguez) Zapatero y Ernesto Samper. Qué más quisiéramos que salir de un régimen criminal  por elecciones, pero estamos ante un Estado forajido, una nación ocupada donde han convergido el crimen organizado internacional y el terrorismo islámico. Hay toda esta operación geopolítica para que Maduro siga, para hacer grandísimos negocios a costa de los venezolanos”. 

La dirigente cuestionó también los llamados a diálogo y calificó como un “error garrafal” las negociaciones realizadas entre sectores opositores y el oficialismo a espaldas de la gente. “Ya ha habido 13 y todos terminan igual, como el falso diálogo de Noruega. En Venezuela no solo tenemos la guerrilla, el paramilitarismo y los carteles de la droga, también tenemos Hamás, Hezbollah, cubanos, iraníes y rusos. El régimen está con ellos, son parte de la mafia. Las Fuerzas Armadas están divididas y los ciudadanos solos no vamos a poder. Para conseguir esos componentes de fuerza externa, que se unan a la fuerza interna, se necesita un liderazgo confiable y capaz, que convenza al que haya que convencer y que no permita que se caiga en trampas o maniobras que distraen como las que han ocurrido en estos últimos meses”.

Poder de disuasión 

En respuesta a quienes objetan la intervención extranjera, la líder opositora señaló que una operación de paz y estabilización tiene muchos componentes, e incluye las acciones de fuerza. “Lo que estamos viviendo los venezolanos es tan doloroso, y tan grave, que los errores políticos, las traiciones han sido costosas. La fuerza antinarcóticos desplegada en el Caribe, que tiene barcos, aviones y radares, que ha incautado más de 150 toneladas de droga es una opción de fuerza. Lo es también la incautación de 4 buques con gasolina de Irán, la detención de Alex Saab y todo el despliegue de la justicia internacional. Esto implica una cantidad de acciones que vayan aislando y cercando a la tiranía, con movilización interna. Jamás hemos planteado quedarnos de brazos cruzados, pero no podemos decir que vamos a actuar por actuar”.

Sobre el respaldo que han dado funcionarios estadounidenses como Elliott Abrams y James Story, quienes llegaron a calificar de “fantasioso” su planteamiento de una intervención internacional, a la hoja de ruta propuesta por Guaidó, Machado respondió que no se trata de una propuesta personal, sino “de un sector enorme del país que entiende que estos criminales no van a salir con votos. Al planteamiento del interinato y a los representantes del Departamento de Estado que no reconocerán la farsa electoral, y que dicen que quienes la están promoviendo son cómplices de la tiranía, les pregunto cuál es el plan A. El trabajo del interinato, su prioridad para  lograr el cese de la usurpación es conseguir las fuerzas que se requieren para sacarlos. Todo el mundo sabe que no van a salir por las buenas. No van a entregar el poder a menos que se conforme una amenaza real con efecto disuasivo. Cuando el régimen se vea confrontado con una fuerza tal que entienda que por su propio interés tiene que ceder, a ese punto es donde debemos llegar. En ese sentido ha fallado el interinato, porque cuando ha enviado señales confusas, contradictorias, erráticas ha generado dudas y desconfianza en nuestros aliados. Eso hay que revertirlo. Quedan tres meses, es mucho lo que se puede hacer”. 

De igual modo, Machado no ve factible una transición que incluya a la alta dirigencia del oficialismo. “Una transición con mafias no es una transición. Dejar en el gobierno de transición al jefe de la mafia militar, general Padrino López; al jefe de la mafia financiera, Raúl Gorrín, y al jefe de la mafia judicial, Maikel Moreno, eso no es una transición. Esos actores no tendrían los incentivos para provocar no solo el rescate de la soberanía nacional, para sacar del suelo venezolano a la guerrilla, los narcotraficantes y los terroristas; tampoco tendrían el propósito de lograr la instauración de un estado de derecho, de un sistema de justicia autónomo, que después iba a venir a por ellos y a quitarle los reales”.

María Corina Machado considera  que sería un error pasar la página y dejarle todo a los que han robado, a quienes tienen miles de millones de dólares alrededor del mundo; perdonarle todo, a quienes han cometido delitos de lesa humanidad. “Venezuela no podrá construirse establemente sobre la violación de la justicia. Para que haya la posibilidad de instaurar el reencuentro con todos aquellos sectores de la sociedad, incluso de los que fueran o son parte hoy del chavismo, primero tiene que haber justicia, primero se tiene que saber la verdad”, sentenció.

Eje desestabilizador 

A propósito del aniversario del derrocamiento de Salvador Allende, María Corina Machado afirmó que no se puede comparar el caso venezolano con lo ocurrido en Chile con el plebiscito que llevó a la salida del dictador Augusto Pinochet. Dejó claro su desacuerdo con cualquier posibilidad de coexistencia y entendimiento con quienes están en el poder. “También hoy se cumple otro aniversario del ataque terrorista a las torres gemelas en Estados Unidos. Los regímenes que apoyaron esos actos también apoyan a los grupos terroristas que funcionan en Venezuela. Sería un error una transición donde haya componentes terroristas o actores que hayan apoyado el terrorismo. Esto no es una dictadura cruel y criminal como la que había en Chile, si no hubiera caído hace mucho tiempo. Esto es una operación transnacional, que tiene un proyecto de desestabilizar al resto de la región. Desde Colombia hasta Chile, pasando por Ecuador, Bolivia y Brasil. Es un proyecto transcontinental que usa como fachada al Foro de Sao Pablo y el Grupo de Puebla, pero están al descubierto sus vínculos con el narcotráfico y otras redes criminales”.

Según Machado, en Venezuela están presentes las tres condiciones para que se activen las acciones de paz internacional: una situación de catástrofe humanitaria, con violación de derechos humanos y muertes. En segundo lugar, una amenaza a la seguridad nacional y hemisférica. Por último, un riesgo creciente de conflicto armado. “No una guerra civil, porque aquí no están dadas las condiciones para una guerra civil, sino un conflicto armado entre aquellos grupos criminales que operan en 214 de los más de 300 municipios que tiene Venezuela. El costo de no actuar, de no lograr una solución a la crisis venezolana es monstruoso, no solamente por el colapso de la alimentación, sino por el colapso energético y sanitario. Lo que está ocurriendo con la pandemia es monumental, la situación es muchísimo más grande de lo que dice el gobierno. ¿Cuántas muertes más tienen que ocurrir para que se haga lo que se tiene que hacer?”, cuestionó.

Tarea pendiente

Al consultarle sobre la carta que dirigió a Juan Guaidó, tras su reunión privada con el presidente del Parlamento, en la que señalaba que éste no había cumplido el trabajo para el que fue designado como mandatario interino, Machado afirmó que se han cometido errores muy grandes. “Se han hecho acciones de espaldas al país. Los diálogos a escondidas con el régimen bajo el oficio de Noruega fue un balde de agua sobre la credibilidad del interinato, y también le quitó la credibilidad de muchos de sus aliados. Fue un golpe fuerte, como lo fue la maniobra del 30 de abril y la idea de abrirles las puertas de la Asamblea Nacional a unos exdiputados chavistas que habían perdido su condición de diputados. El país vio lo que pasó el 5 de enero con ese caballo de Troya. Hay casos de corrupción muy serios que no se han investigado y sobre los cuales no se ha dado respuesta al país. Creo que es un error no apoyar la aprobación de la Ley de Contrataciones para la protección de los activos en el exterior. También los casos de los bonos 20-20 que involucra a diputados de la Asamblea Nacional. Todo esto ha ralentizado los apoyos que deben darse, que requieren de una enorme fuerza interna”.

Ante esta realidad, sostuvo que no está planteando cruzarse de brazos. “Aquí los únicos que están planteando bajar la cabeza y claudicar son aquellos que le están diciendo al país que sea parte de una farsa que termina de entregar una lucha, porque todo el esfuerzo que ha costado la deslegitimación de la tiranía; el no haber reconocido la farsa electoral del 2018, que hace que Maduro no sea considerado hoy presidente. Todo lo que ha venido ocurriendo en estos años se le pretende entregar a la tiranía. Aquí se dijo muy bien que la única condición previa para que haya un proceso electoral es el cese de la usurpación”.

A la pregunta que da nombre al programa, ¿Para dónde vamos? Machado enfatizó que Venezuela tiene tres caminos: el de la cohabitación, que pasa por la ruta electoral, la cual, a su juicio, llevaría a Venezuela a un sistema de mafias parecido al ruso. “El segundo es el camino del status quo, que llevará a Venezuela a languidecer, con una crisis migratoria más grande que la de Siria. El tercer camino que es el de la lucha, con fuerza, con coraje, con la construcción de una operación de paz, de estabilización, que llevará a la construcción de un país próspero, donde acabemos con la impunidad y los privilegios que es lo que más le preocupa a aquellos que se oponen a la acción de los aliados internacionales. Yo siempre he dicho que el miedo no es a la intervención. El miedo es a la justicia”. 

Vea la entrevista completa en…

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