Garantizar acceso a las redes sociales es clave en tiempos de pandemia

Derechos, Incidencia, Noticias, Transparencia y acceso a la información

Se estima que en Venezuela, país con la conexión a internet más deficiente del mundo, cerca de 14 millones de usuarios utilizan las redes para informarse, contactar a sus familiares y tener acceso a la educación y el trabajo

Transparencia Venezuela, 30 de junio de 2021. El alcance y el poder de las redes sociales no han dejado de crecer en los últimos años. En el marco de la pandemia global por COVID-19 adquirieron un rol protagónico como el medio de comunicación más utilizado por la población mundial para mantenerse informada y en contacto a distancia, a través de una plataforma globalizada como lo es internet. En este contexto, cobra relevancia la celebración, este 30 de junio, del Día Mundial de las Redes Sociales, fecha en la que resulta primordial destacar el papel que desempeñan estas plataformas en la libertad de expresión y como herramienta indispensable para que los ciudadanos tengan acceso a la información, al contacto familiar, la educación y el trabajo en medio de las medidas de confinamiento.

Las redes sociales son un conjunto de aplicaciones que permiten la creación e intercambio de contenidos generados por los usuarios. Su desarrollo transformó el panorama social y la forma cómo nos relacionamos, pues además de imprimir mayor inmediatez a la comunicación, se han convertido en una nueva forma de entretenimiento, compartir información y, sobre todo, hacen más tangible la libertad de expresión y opinión pública: ahora todos pueden buscar, recibir y difundir sus ideas acerca de diversos temas. 

En este escenario, más allá de los riesgos de la “infodemia” que se ha generado en las redes digitales, a raíz de la emergencia sanitaria mundial, prevalece la necesidad de preservar la libertad de expresión, utilizando el mismo poder de las redes para combatir la desinformación a través de la formación ciudadana. 

Organizaciones civiles han advertido que cualquier intento por regular este espectro de la comunicación, como se pretende en Venezuela, con normativas como la llamada Ley contra el Odio, por la Convivencia Pacífica y la Tolerancia, aprobada por la extinta Asamblea Nacional Constituyente, así como el proyecto de ley anunciado por la Asamblea Nacional electa el 6 de diciembre pasado, constituyen un atentado más contra la frágil libertad de expresión que existe en el país. 

El control se intenta también con la reforma a la Ley de Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medios Electrónicos, conocida como Ley Resorte, que fue anunciada el pasado 2 de marzo por Nicolás Maduro, quien aseguró que “se introducirá un nuevo capítulo referente a la regulación de las redes sociales”.

Audiencia cautiva y en ascenso

Portales especializados estiman que, en la actualidad, Venezuela tiene 28,57 millones de habitantes, de los cuales 22,73 millones (79,6%) poseen conexión móvil o acceso a servicios de telefonía a través de las operadoras como Movistar, Digitel o Movilnet.  De igual modo, hay unos 20,57 millones de usuarios en internet. Con la incorporación de unos 68.000 nuevos internautas la cifra subió 0,3% con respecto a 2020. Del total, 14 millones de usuarios (49% de la población) están activos en medios sociales, 2.000.000 más que el año anterior, lo que representa un incremento de 16,7%. De ese grupo, 86,6% (12,12 millones) ingresa a través de dispositivos móviles. 

En contraste, la velocidad del internet en Venezuela está considerada como una de las más lentas del mundo. En conexiones móviles, la banda disponible es de 7,48 MBPS, presentando una baja del 10,4%. Mientras que la conexión fija actual es de 11,87 MBPS, sector que registra un aumento significativo de 247,1%. Esto se debe a que se han ampliado las opciones con operadoras privadas que ofrecen conexión de fibra óptica. Sin embargo, la mayoría de la población no tiene acceso a estos servicios por el alto costo de la instalación y de la renta mensual.

Las cifras revelan que, pese a las limitaciones y tensiones acumuladas en el entorno socio-económico, que afectan las inversiones para desarrollar infraestructuras y mejorar el servicio, cada día crece en los venezolanos la necesidad de conectarse a internet y tener acceso a las redes sociales. De igual modo, confirman que el número de usuarios se incrementó de forma exponencial durante la pandemia. 

Según las páginas especializadas en medición de los medios sociales, los más visitados en el país son YouTube, Facebook, Instagram y Twitter.

Bloqueo y censura

Aunque es un problema de vieja data, la propagación de la desinformación es un mal propio de la era de la sociedad de la información. Si bien se ha determinado que las redes sociales constituyen el principal medio de propagación de las fake news o noticias falsas, en particular en el actual contexto de pandemia, también es cierto que son utilizadas para manipular o generar incertidumbre con fines políticos.

Ante esta realidad, han surgido en América Latina distintas iniciativas para combatir la desinformación a través de la verificación. En Venezuela, existen experiencias positivas como la impulsada por Transparencia Venezuela, EsPaja.com, proyecto de factchecking financiado por la Unión Europea, que además de dedicarse a desmontar las noticias falsas y chequear el discurso público, realiza esfuerzos para dotar a los ciudadanos de herramientas para protegerse ante falsedades y manipulaciones.

Sin embargo, los grandes retos que se plantean tanto a los usuarios de las redes sociales como a quiénes combaten la desinformación, es la precariedad informativa instaurada en el país durante las dos últimas décadas, que en los medios digitales se manifiesta con acciones de bloqueo, censura, control y los ataques a quienes se expresan a través de ellos.

En paralelo, al cierre sistemático de periódicos, emisoras de radio y televisoras independientes, se ha configurado la hegemonía comunicacional oficialista con una gran red que se ha alimentado, en buena medida, de medios privados expropiados o comprados por particulares, pero con una línea afín a la llamada revolución bolivariana. Como consecuencia, la mayoría de la población ha encontrado en los medios digitales y redes sociales su principal canal para informarse y expresarse.

Este Día Mundial de las Redes Sociales es una fecha propicia para alertar sobre los riesgos, pero también para promover el uso responsable de los medios sociales, para la protección de la privacidad de los usuarios y para evitar convertirnos en multiplicadores de contenidos carentes de veracidad, que desvían la atención de las informaciones reales que afectan a la sociedad.  

 

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