Bajo el título “Cómo robar a un país”, la organización y el proyecto Jóvenes Anticorrupción, de la mano de Gran Cine y con el apoyo de la Unión Europea, presentan un ciclo de cine-foro que inició esta semana con el film “Silvio y los otros”, una parodia sobre la vida del empresario y ex primer ministro italiano
Transparencia Venezuela, 23 de junio de 2023.- Silvio y los otros, una obra de arte dirigida por Paolo Sorrentino, uno de los cineastas contemporáneos más emblemáticos de las carteleras europeas, ha puesto a pensar a más de uno durante el inicio del primer Ciclo de Cine-Foro “Cómo robar a un país”. La película evidencia las misteriosas relaciones del poder a través de la figura de un hombre reconocido como el primer populista de la historia contemporánea, tal como se conoce hoy a este tipo de liderazgo carismático y oscuro.
“Dinero, poder, crimen, manipulación, falsedad, medias verdades e intereses” fueron las palabras con las que la moderadora, Benytsa González, coordinadora de Comunicaciones de Transparencia Venezuela, describió los ingredientes que los espectadores podían identificar en esta película, proyectada de la mano del Circuito Gran Cine, con apoyo de la Unión Europea, en la sede de la organización, el pasado jueves 22 de junio.
Los comentaristas Rocío Guijarro, gerente general de Cedice Libertad, y Roberto Casanova, especialista en economía liberal, abordaron la película sobre la figura del recientemente fallecido ex primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, y sus oscuras relaciones con el poder político y económico, desde los sorprendentes personajes, situaciones, imágenes y diálogos que se suceden, discursivamente, sin pausa.
Rocío Guijarro, en su primera intervención, elogió las cualidades del cine del director Sorrentino. El simbolismo en las imágenes y la presentación casi caricaturesca del ex primer ministro destacaron en sus apreciaciones, así como la excelente e inteligente construcción de los diálogos más importantes de la historia. “Silvio es una propuesta más cercana a lo personal y lo individual, que al papel político de Berlusconi”, comentó.
En tanto, Roberto Casanova, afirmó que “Berlusconi representa, quizás en forma de caricatura, cosas que están presentes en uno”, dijo Roberto Casanova, y esta es quizás la reflexión más impactante de esta película. Los principios se defienden en el mundo abstracto de las ideas, pero es en los momentos concretos cuando se pone a prueba la ética. Y, con el rico mundo de lo simbólico, al mejor estilo de Federico Fellini, el film desnuda el retorcido espectro del poder. “Eso de usar el poder para satisfacer los deseos de todo tipo: carnales, sensuales, para hacer favores, para hacer su voluntad finalmente, es una tendencia que puede estar latente en cada uno de nosotros”, advirtió Casanova.
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Por último, recordó Casanova que cuando el Estado controla la economía, controla a la sociedad, y la corrupción coopta las instituciones. “Las instituciones no pueden cuidarse por sí solas, las leyes pueden ser manipuladas por quienes ejercen el poder. El poder político, cuando entra en conexión con el poder económico, se convierte en el gran corruptor de la institucionalidad. Eso ha ocurrido en Italia, pero es el mal de las democracias liberales”. ¿Cómo se arregla eso?, se preguntó. “Que los Estados no intervengan tanto. Que tengan límites. Que se sometan al escrutinio público. Que no haya tantas leyes”, afirmó.
Verdad y convicción
“Berlusconi fue un hombre que sí resolvió muchos problemas sociales, porque tenía un carisma y una habilidad política impresionante. Por eso es por lo que repite. Por eso era Berlusconi”, puntualizó Rocío Guijarro, quien encontró en el personaje algunas alegorías importantes al carácter del Berlusconi real. Era dueño de casi todas las cadenas televisivas de Italia y desde allí construyó su “verdad”. “Una verdad depende -en fin- del tono y la convicción con que se dé”, dijo el propio Berlusconi a su nieto en la película. “Esa es la época de la posverdad que estamos viviendo”, agregó Guijarro.
La gerente general de Cedice Libertad señaló, además, como la película muestra ese “capitalismo de amigos”, un fenómeno contra el que se debe luchar.
Por su parte, los participantes aportaron ideas acerca del personaje Berlusconi como vendedor de sueños, en una sociedad que consume contenidos permanentemente comprando promesas a su vez. “Eso es lo que en realidad son los políticos en democracia, El problema es que luego defrauden a sus electores y que esos sueños terminen en promesas incumplidas”.
También se habló de voces de la conciencia que aparecen en diferentes momentos de la película. Una suerte de consejeros que tienen el valor de decir a Berlusconi, un hombre con poder ilimitado, lo que realmente piensan de él. Son esos los personajes que en el momento pequeño hacen valer sus principios y abren la puerta a la esperanza, ese estado de ánimo sin el cual la humanidad sería imposible.
“Cómo robar a un país” sigue.
El ciclo de cine foros continúa el próximo 6 de julio, con la proyección de El Reino. La historia de Manuel, un político muy querido pero que también es corrupto. Cuando sale a la luz un caso que salpica a un compañero, Manuel intenta encubrirlo, pero es él quien queda expuesto. El partido está dispuesto a dejarle caer y, además, hacerle responsable de toda la trama. Pero, Manuel no está dispuesto a ceder y hará todo lo necesario para salvarse, aunque tenga que tomar medidas inesperadas.
Todas las funciones serán en el horario de 3 a 6 de la tarde y la entrada es gratuita. Escríbenos al correo [email protected] para apartar tu butaca.
Los cupos son limitados. ¡Reserva ya!
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