La falta de comida no sólo está tocando los umbrales de la sobrevivencia sino que incluso está llevando a los venezolanos a sobrepasar los límites de la cordura.
El día 24 de agosto, una vecina del sector informó sobre los hechos ocurridos horas antes en la comunidad de La Cinqueña 2, luego de que una bachaquera del sector, le negara la venta de un paquete de arroz.
La dama molesta (a quien llamaremos Rosa) pide ayuda a su hijo pues no era justo que se le negara la compra de los alimentos que estaban vendiendo en el negocio chino. El dueño del local ante el reclamo permaneció impávido sin proferir palabra.
“Rosa” indignada golpea a la bachaquera. Acto seguido, otro sujeto se incluye en la pelea y golpean tan fuerte al joven que le parte la nariz. Golpes van y vienen.
La Policía del Estado Barinas se apersona en el lugar ante la situación irregular que se estaba presentando. Una comisión acompaña a “Rosa” a la puerta de su residencia. Allí la estaban esperando las bachaqueras que dominan la zona y le impedían entrar a su vivienda
Los funcionarios sacan su arma de reglamento para infligir temor y permitir que “Rosa”. “Nos vemos en la vía” expresó una de las bachaqueras al retirarse del lugar.
Bachaquero retira papel para funcionario policial
“Esto lo vi con mis propios ojos”, cuenta otra vecina de la Cinqueña al equipo de Transparencia Venezuela.
Todavía consternada por los hechos relata cómo un funcionario de la policía estadal le pedía a un bachaquero que le acercara el bulto de papel sanitario hasta su vehículo. No hubo ningún tipo de objeción por parte de ninguna de las partes.
Fiscales del Sundee almacenan papel sanitario en baños del comercio chino
Los fiscales del Sundee que deberían ser las primeras figuras que resguarden el control en la venta de alimentos son los primeros que infringen la Ley.
Vecinos de la zona contaron como en días pasados, luego de permanecer varias horas en cola, les informan que ya no quedaba más producto para la venta.
Una residente de la zona imploró “por favor, véndame un paquete”. A sus espaldas una fiscal del Sundee le ordenó al ciudadano de origen asiático que le vendiera uno de los de ella.
El rumor se extendió. Otra vecina de la zona, coordinadora del CLAP, amenazó a un efectivo de la Guardia Nacional que la acompañara hasta el local para revisar los baños del comercio chino, en caso contrario, lo denunciaría por apoyar este tipo de irregularidades.
Al entrar a los baños, se encontraron con que el lugar estaba atiborrado de papel sanitario hasta el techo. Ahora los vecinos que quedaron por fuera, pudieron comprar.