Antonio María Delgado / El Nuevo Herald
La concentración de poderes y la resultante ausencia de mecanismos para fiscalizar la administración estatal han convertido a Venezuela en una meca para la corrupción y el nepotismo, dijo Mercedes De Freitas, directora del capítulo venezolano de Transparencia Internacional.
Es una situación que ha quedado fuera de control durante los 18 años que ha gobernador el chavismo, manifestó. “La magnitud de la corrupción es absoluta” en Venezuela, dijo De Freitas el jueves por la noche en un foro organizado en Doral por la firma Xoffices. “El nepotismo ha adquirido niveles insospechables”.
Es una práctica tan generalizada que en la Contraloría General de la República, el ente encargado de vigilar de que no haya nepotismo en la administración pública, “el ciudadano Contralor, Manuel Galindo, tiene 13 familiares” trabajando en el organismo.
“Y no están limpiando los baños, ni tampoco llevando los archivos, sino que son directores, y son hermanos, primos cuñados o hijos” del contralor. El fenómeno, que se ha esparcido por toda la administración pública en Venezuela, está calificado como delito pero hoy en día no tiene sanción, señaló De Freitas.
Transparencia Internacional —que cataloga a Venezuela como el país más corrupto de América Latina en su clasificación mundial— también identificó que familiares de los altos jerarcas del chavismo ocupan los más apetecibles cargos en la Cancillería venezolana, que hoy es manejada por pocos diplomáticos de carrera y por muchos personajes de confianza.
El nepotismo está presenta incluso en la propia cúpula del ministerio. La canciller, Delcy Eloína Rodríguez Gómez es hermana de Jorge Rodríguez Gómez, alcalde de Caracas y directivo del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), una de las principales columnas del chavismo, resalta Transparencia Venezuela en un informe.
Pero Transparencia Internacional detectó decenas de casos adicionales de nepotismo dentro de la Cancillería, entre ellos el del director del despacho de la canciller, Rolando Corao, quien es esposo de Jacqueline Faría, ex ministra, integrante de la plana mayor del PSUV y presidenta de la estatal de telefonía celular, Movilnet.
Asimismo, la directora general del despacho del viceministro para Europa es la internacionalista Andrea Gabriela Corao Faria, hija de Rolando Corao y Jacqueline Faría.
Por otro lado, el cónsul de Venezuela en Nueva York es Calixto Ortega, sobrino del magistrado de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia que lleva el mismo nombre, agrega el informe.
La jefa de la sección consular en Suiza es la segunda secretaria María Gabriela Mendoza Istúriz, sobrina del vicepresidente Aristóbulo Istúriz. En el consulado de Madrid sirve trabaja Jordana Emilia Ramírez Santos, hija de la ex ministra de Comunicación y actual directora del diario Correo del Orinoco, Desirée Santos Amaral.
El gobernador del estado Zulia, Francisco Arias Cárdenas, tiene a su hermano Sergio Ramón encargado del consulado en Cúcuta, al tiempo que su hijo Jesús Javier Arias Fuenmayor es embajador en Costa Rica.
Glenna Cabello, ministra consejera de la embajada de Venezuela en Francia, es hermana del primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, mismo parentesco que comparten el gobernador del estado Aragua, Tareck El Aissami, y la jefa de la legación criolla ante Holanda, Haifa Aissami, reportó el informe.
Transparencia Venezuela, cuya labor es frecuentemente obstaculizada por los permanente esfuerzos del régimen de Nicolás Maduro por ocultar la información, ha emprendido una campaña para concientizar a la población sobre los efectos de la corrupción.
Según De Freitas, el fenómeno es responsable no sólo de la pérdida de miles de millones de dólares en la nación sudamericana, sino también de miles de vidas al año, ya que es una de las principales causas de los graves problemas de desabastecimiento en el país y de la falta de recursos para luchar contra la delincuencia.
“La corrupción mata […] La medicina no llega a los hospitales porque alguien se la agarró para venderla más cara a alguien por allí”, manifestó De Freitas.
Algo similar sucede con el Hospital de Niños en Caracas. El centro hospitalario tiene nueve quirófanos pero sólo uno de ellos funciona intermitentemente, porque a veces se contamina y tienen que cerrarlo, explicó.
“Se ha pagado 20 veces la reconstrucción de esos quirófanos”, pero actualmente se desconoce a dónde fueron a parar esos fondos.