Estas acciones, tal como lo describe el estudio, contravienen las recomendaciones de organizaciones internacionales, sociedades científicas y academias médicas que instaron a los países a desarrollar estrategias de priorización para la aplicación de las vacunas contra la COVID-19, debido, entre otras cosas, a que no se iba a disponer en lo inmediato de un suministro suficiente para inmunizar a toda la población elegible.