Todo por un tanque de gasolina

Transparencia Venezuela, 9 de octubre de 2018.  La llamada Revolución nos arrincona en las colas. Ya no sólo se trata de padecerlas, sino de observarlas a diario como parte del decorado. Es la escena ya común en la capital del estado Barinas, al sur del país. A las largas filas de personas para comprar comida y bienes de primera necesidad, o a las registradas en las entidades bancarias, se suman las de vehículos desde tempranas horas del día para surtirse de gasolina.

Cualquier transeúnte a diario constata cómo va mutando la ciudad y el modo de hacer vida en esta jungla del siglo XXI. Mientras en otros países la modernidad establece nuevos cánones para la mejor convivencia, en Venezuela los espacios públicos se han reducido.

Las largas colas para surtir de combustible han terminado por entorpecer la libre circulación por el incremento del tráfico vehicular. En ningún momento se tomaron previsiones y los ciudadanos se encuentran con un solo canal de la vía disponible. Así es en la mayoría de las calles o avenidas, solo para abastecerse de gasolina. La ciudad ya no es la misma.

Muchos han tenido que sortear los obstáculos para lograr llenar el tanque de sus vehículos. Trancas, disparos, desorden: la desesperación por abastecerse de gasolina, se maximiza en las regiones, Barinas no es la excepción.

Son comunes las protestas escenificadas en el estado. En Socopó, municipio Sucre, ubicado a tres horas de la frontera colombiana, los lugareños molestos por los retrasos y las colas se atrevieron a impedir el paso de la gandola con combustible que se dirigía al municipio Zamora. Disparos al aire terminaron con el incidente de ese día.

En los municipios del Eje AndinoPedraza, Sucre, Zamora, Andrés Eloy Blanco- las filas en las estaciones de servicio pueden registrarse hasta por seis días, bajo un sol inclemente y soportando los infortunios de la crisis por el combustible. En las ubicadas en la carretera nacional Troncal 05, ese lapso se reduce a tres, como mínimo. Esto se pudo constatar en la estación de gasolina ubicada en la avenida 23 de Enero, donde las filas de vehículos en ocasiones se extienden casi de forma interminable.

El martes 25 de septiembre, el nuevo sistema de pago fue puesto a prueba de forma puntual. Algunos conductores alegaban que desconocían el nuevo mecanismo y otros mostraban su descontento, según un representante de la estatal Pdvsa, encargado de supervisar la marcha del llamado “Biopago.

Alfonzo González, ha vivido el colapso de trabajar como taxista, especialmente cuando realiza viajes largos para la entrega de encomiendas, que lo mantienen pendiente y estresado a la hora de abastecerse de gasolina. El 19 de septiembre permaneció desde el día anterior en una larga fila en la estación de servicio Armando, ubicada en la troncal 05. Cinco horas durante la noche y cuatro horas el día siguiente, hasta que, faltando apenas dos vehículos para tomar su turno, se acabó el despacho de combustible.

Sólo la providencia lo salvó de aquel momento, cuando logró obtener un poco de combustible con un allegado y así no perdió la clientela acordada para ese día.

“Cuando voy en carretera, bomba´ que consigo, ´bomba´ que aprovecho de echarle gasolina al carro. No puedo quedarme sin combustible en el camino”, agregó.

Vivimos en una carrera contra el tiempo. Problemas domésticos son el centro de nuestra vida.

Situaciones fútiles en otras latitudes, en Venezuela se han convertido en factores que ocupan gran parte de nuestra existencia.

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