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El más reciente informe de Transparencia Venezuela analiza qué tan sólida es la alianza económica entre los regímenes de Pekín y Caracas, que desde inicios de la autodenominada Revolución Bolivariana y hasta 2018 representó para Venezuela cerca de 69.000 millones de dólares, pero que en los últimos siete años no se ha traducido más préstamos o grandes inversiones

Transparencia Venezuela, 25 de marzo de 2025. A Venezuela no le ingresó ni un centavo de los más de 48.000 millones de dólares que China invirtió en América Latina entre 2020 y 2023, y aunque el aparato comunicacional del gobierno de Nicolás Maduro exalta el interés del gigante asiático en el país, lo cierto es que el avance en materia económica con China es modesto, con una deuda que se ubica en al menos 15.000 millones de dólares en 2024 y un intercambio comercial que se redujo a 6.400 millones ese mismo año, lejos de los 12.000 millones de 2015.

El informe China y Venezuela: Manejo financiero, económico y productivo, presentado por Transparencia Venezuela en el exilio, analiza qué tan sólida es la alianza económica entre los dos países, que desde inicios de la autodenominada Revolución Bolivariana y hasta 2018 representó para Venezuela más de 62.631 millones de dólares en préstamos y más de 6.045 millones en inversión.

Esos casi 69.000 millones de dólares debían ser pagados con petróleo y en inversiones, y representaban el 46% de todo el dinero que los chinos enviaron a Latinoamérica en esos años. Pero, Venezuela incumplió con los envíos de petróleo, los recursos fueron mal administrados y la mayoría de las obras no se concluyeron, manteniendo una deuda con China de cerca de 15.000 millones de dólares al cierre de 2024.

Se destaca que, tras cinco años de pausa, en septiembre de 2023 se realizó en Pekín la XVII reunión de la Comisión Mixta de Alto Nivel (CMAN, creada en 2001) “en la que se firmaron 31 nuevos acuerdos y el nivel de relaciones diplomáticas se elevó de Asociación Estratégica Integral a Asociación Estratégica a Toda Prueba y Todo Tiempo; este nivel representa el mayor grado de relaciones diplomáticas que ofrece China, pero no ha tenido impactos en cooperación económica”.

El estudio enfatiza que en la actualidad no hay fechas ni cifras de asignación de recursos, “salvo la supuesta instalación en enero 2025 de una empresa de tecnología en La Guaira”. Solo hay anuncios del gobierno de posibles inversiones chinas en minería de hierro, manufactura de productos para el sector petrolero e instalación de paneles para energía fotovoltaica en el estado Mérida, a lo que se suman la participación en la explotación aurífera y nuevas inversiones en hidrocarburos, según versiones de prensa.

 

Números en rojo en 2024

Desde 2018 cesaron los préstamos, se acabaron los megaproyectos y se redujo el comercio binacional con China y, como se ha explicado en reportes anteriores de la organización, la promesa de desarrollo socioeconómico para Venezuela no se cumplió y, por el contrario, hubo efectos corrosivos en la economía.

“Tampoco se lograron los intereses económicos y geoestratégicos esperados por China, que debió flexibilizar las condiciones de pago, dar períodos de gracia, enfrentar pérdidas en inversiones conjuntas, entre otros problemas que afectaron la imagen en América Latina del gigante asiático y su proyecto de expansión La Franja y la Ruta”, señala el reporte.

De acuerdo al análisis, 2024 dejó una balanza comercial negativa para Venezuela de menos 3.203 millones de dólares, un monto ínfimo si se compara con la balanza comercial positiva de países como Brasil (44.000 millones), Chile (20.000 millones) y Perú (15.000 millones).

“En 2024 las compras que se hicieron desde Venezuela a China superaron los 4.800 millones de dólares y el intercambio comercial conjunto fue de 6.400 millones de dólares. En contraste, los intercambios comerciales de 2024 entre China y Brasil superaron 188.000 millones de dólares; entre China y México, 109.000 millones de dólares; entre China y Chile, 62.000 millones de dólares; y entre China y Panamá, 13.000 millones de dólares”, se apunta en el análisis.

Pese a ello “desde 2019 China sustituyó a Estados Unidos como primer socio comercial de Venezuela”.

También en 2024 el monto de las exportaciones totales de Venezuela a China fue de 1.599 millones de dólares, según datos de la aduana de China. Se detalla que “aumentó cerca de tres veces la exportación de derivados de hidrocarburos respecto a 2023, alcanzando un valor de 1.050 millones de dólares (66% del total); la exportación de minerales escorias y cenizas fue de 287 millones de dólares (18%); químicos orgánicos (7%) y cobre y derivados (5%)”.

Los objetivos no han sido alcanzados en hidrocarburos

El análisis refiere cómo hasta 2018 el financiamiento en hidrocarburos alcanzó 25.000 millones de dólares: en inversiones (3.707 millones), en préstamos del Fondo Conjunto Chino Venezolano y Fondo Gran Volumen Largo Plazo (12.000 millones) y otros recursos aportados (9.315 millones). Pero la mayoría de los proyectos no se concretaron y las negociaciones se orientaron a redefinir las condiciones de pago de la deuda.

La situación en 2024 no fue alentadora. De las ocho empresas mixtas con capital chino que se crearon en Venezuela, solo dos (Sinovensa y Petrozumano) están produciendo, pero muy por debajo de sus objetivos. “La producción promedio de ambas empresas en el último trimestre de 2024 fue de 100.000 b/d, lo que significó un crecimiento del 20% respecto al año 2023 y representó el 17% del total de la producción de las empresas mixtas al cierre del año; Sinovensa, produjo en promedio 99.000 b/d, mientras que Petrozumano produjo 1.000 b/d”, afirma en el informe.

También en 2024 las empresas de China, Anhui Erhuan Petroleum Group y Kerui Petroleum, recibieron dos contratos de explotación petrolera en Venezuela. La primera en la empresa mixta Petrokariña que se estima produce 200 b/d, mientras que la segunda participará en el campo Ayacucho 2 de la Faja Petrolífera del Orinoco, que no había sido explotado.

Se destaca también que en la reunión la XVII reunión de la Comisión Mixta de Alto Nivel (CMAN) en 2023 no se mencionaron formalmente acuerdos en hidrocarburos, mientras que a finales de 2024 la vicepresidenta y ministra de Hidrocarburos, Delcy Rodríguez (nombrada tras el encarcelamiento de Pedro Tellechea), anunció la firma de un acta sobre “un nuevo camino energético y financiero” entre Venezuela y China, pero no hay información adicional sobre las implicaciones de este documento.

 

Menos que dinero, más ideología

El reporte advierte que los chinos tienen interés en promover “su poder agudo y sutil a través de la colaboración diplomática, la cooperación mediática y el apoyo frente a crisis políticas que tienen impacto internacional”. De allí su rápido reconocimiento a Maduro tras la elección del 28 de julio de 2024.

A cambio, Venezuela sirve de campo de prueba para las tecnologías de control y vigilancia ciudadana de China, contribuyendo a expandir en medios oficiales su perspectiva geopolítica lo que se traduce en una relación de poder desbalanceada y perjudicial para los venezolanos.

En el sector tecnológico, la empresa Corporación China de Importaciones y Exportaciones Electrónicas (CEIEC por sus siglas en inglés) es el proveedor de software y hardware para el bloqueo de páginas web, censurando contenidos y filtrando información que no favorezcan al régimen. Se señala que es una versión similar al Gran Muro digital que mantiene Beijing para el control en su país. También se refiere que la empresa china ZTE, multada en EE UU, construyó la base de datos del Sistema Patria, considerado un instrumento de vigilancia y coacción social en Venezuela, tarea por la que cobró unos 70 millones de dólares.

El apoyo chino también se concreta en seguridad y defensa. Aunque se advierte que las cifras en 2024 no están disponibles, se señala que China fue el proveedor más importante para Venezuela en el área de defensa entre 2014 y 2023, pero justamente ese último año el país hizo más compras en equipamiento bélico a Irán (51, 25 millones de dólares) superiores a las realizadas a China (USD 30 millones de dólares).

“Entre los principales suministros de China se encuentran aviones de entrenamiento K-8, tanques ligeros VN-16, misiles antitanque y antibuque C-802A, morteros autopropulsados, camiones tácticos Beiben 2629, VN- 4 de transporte blindado de personal, fusil de precisión NSG-1, dron portátil DJI Mavic Air y el radar electrónico 3D JY-11B en manos del Comando de Defensa Aeroespacial Integral (Codai) que China prueba en Venezuela desde 2019 para identificar vehículos, interceptar comunicaciones privadas y de vehículos militares”,  se lee en la publicación.

Se agrega que, en marzo de 2024 el Codai divulgó que recibió nuevos sistemas de interferencia de frecuencia contra vehículos no tripulados (drones) de la firma china Skyfend, del modelo Hunter SHH10031.

En las reuniones de 2023 se habló sin detalles de cooperación en materia de salud y el desarrollo minero, fortalecer el Plan Nacional de Geología y apoyar la cuantificación y certificación de reservas minerales. También se firmaron acuerdo entre 2022 y 2024 en el área de Ciencia, Tecnología e Innovación, así como en el sector de las comunicaciones.

Lea el informe completo aquí

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