La corrupción y la delincuencia organizada impactan de forma diferenciada a las mujeres en Venezuela
Crimen Organizado, aliado de la corrupción
Informe elaborado por Transparencia Venezuela retrata la situación de vulnerabilidad en que se encuentra la población femenina en el contexto de la emergencia humanitaria compleja y en un Estado capturado por redes criminales
Transparencia Venezuela, 4 de julio de 2020. La condición de vulnerabilidad en la que por razones estructurales e históricas se encuentran las venezolanas las coloca en una situación mucho más frágil ante los fenómenos de corrupción y delincuencia organizada que se han instaurado en el país en las dos últimas décadas. Esto se debe a que las mujeres dependen en mayor medida que los hombres de los bienes y servicios públicos. Una gran parte de los hogares -4 de cada 10, según el último censo del Instituto Nacional de Estadística- son monoparentales. Lo que significa que las mujeres deben aportar el ingreso más importante para el sustento del hogar y, además, tienen bajo su responsabilidad el cuidado de las personas dependientes (hijos, ancianos, enfermos o personas con discapacidad). Esta realidad las expone a comportamientos corruptos en la búsqueda de garantizar la subsistencia de su familia, entre ellos la exigencia de actos de naturaleza sexual en el ejercicio abusivo del poder. De igual modo, en el contexto de un Estado capturado por redes criminales de corrupción, las mujeres se llevan la peor parte tanto como víctimas o victimarias. Ante ello, se requiere del planteamiento de políticas públicas amplias, con un enfoque de género, que ayuden a contrarrestar los efectos diferenciados de estas conductas.
El Impacto diferencial de la corrupción y la delincuencia organizada en las mujeres en Venezuela, cuarto capítulo del estudio Crimen organizado y corrupción en Venezuela: Un problema de Estado, publicado esta semana por Transparencia Venezuela, presenta un cuadro descarnado de la situación de las mujeres tanto en su rol de víctimas de abuso, violencia o actividades ilícitas, como por su participación en hechos delictivos. La investigación muestra el papel que desempeñan en la estructura del crimen organizado y cómo mujeres, niñas y jóvenes son especialmente vulnerables ante delitos crecientes como la trata de personas y la explotación sexual, que alcanzan dimensiones de tragedia humana en contextos como la minería ilegal y las migraciones.
Pese a los obstáculos impuestos a esta investigación por la opacidad oficial y la ausencia de datos confiables sobre los temas que atañen a este sector de la población, el equipo de expertos que trabajó en el proyecto logró, a través de fuentes documentales, trabajo de campo, testimonios y el aporte en sus análisis; retratar también las consecuencias de la reclusión o privación legítima de libertad y cómo impactan de forma distinta a las mujeres y a la familia, toda vez que las sentencias que condenan a la cárcel a la mujer terminan en la separación de las familias, sobre todo cuando la reclusa era el principal sostén del hogar.
Contrarrestar el impacto diferenciado de la corrupción y el crimen organizado en las mujeres pasa, como ya se ha dicho, por el diseño e implementación de políticas públicas con enfoque de género, así como la distribución adecuada de bienes y servicios que garanticen la estabilidad e independencia de las mujeres y la familia, con el objetivo de minimizar los riesgos a los que se encuentra expuestas en medio de la emergencia humanitaria compleja que enfrenta el país, exacerbada ahora por la pandemia por COVID-19.
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