Los fiscales del Equipo Especial de Lava Jato han estado en la primera línea de investigaciones en Brasil desde abril de 2014. Al lidiar con uno de los escándalos de corrupción más grandes del mundo, el caso Petrobras, han investigado, procesado y logrado severas condenas contra algunos de los miembros más poderosos de las élites y políticas del Brasil. Hasta la fecha, se han producido más de 240 cargos criminales y 118 condenas para un total de 1.256 años de cárcel, incluyendo políticos de alto nivel y empresarios previamente considerados como intocables.
Con su campaña nacional “10 Medidas contra la Corrupción”, impulsaron reformas legislativas para mejorar la capacidad de los funcionarios para prevenir y detectar la corrupción, y la de los encargados de hacer cumplir la ley para investigar, procesar y sancionar estos hechos.
El 30 de noviembre, la Cámara de Diputados de Brasil aprobó una versión más moderada de la ley. Los legisladores eliminaron algunas disposiciones esenciales sobre protección de denunciantes y financiamiento ilegal de campañas, e incorporaron una enmienda que podría posibilitar el juicio político de jueces y fiscales. En casos extremos, la aplicación de criterios subjetivos podría permitir que el ejercicio de sus funciones habituales se interprete como ilícito. La nueva versión pone en riesgo la independencia de jueces y fiscales.
La ley todavía debe superar la votación en el Senado, y las protestas organizadas ya han conseguido que se empezaran a revertir los cambios aplicados a las 10 Medidas contra la Corrupción.
“En Brasil se han perdido miles de millones de dólares debido a corrupción, y los brasileños ya han tolerado demasiado este fenómeno que está devastando a su país. El Equipo de Trabajo de Lava Jato está haciendo una excelente labor, para asegurar que los corruptos, con independencia de cuánto poder tengan, deban rendir cuentas por sus actos y se haga justicia”, apuntó Mercedes de Freitas, presidenta del Comité de Premios contra la Corrupción de Transparency International. “Nos complace distinguir a los fiscales brasileños detrás del Equipo de Trabajo de Lava Jato con el Premio contra la Corrupción 2016, por sus incansables esfuerzos para terminar con la corrupción endémica en Brasil”.
El Premio contra la Corrupción distingue a personas y organizaciones excepcionales de todo el mundo, así como a periodistas, fiscales, funcionarios gubernamentales y líderes de la sociedad civil que exponen y combaten la corrupción.
La Operación Lava Jato, que aún se encuentra en marcha, ha servido de puntapié para que se iniciaran otras investigaciones penales en otros sectores, y es reconocida como un hito en la persecución penal y la defensa de delitos de guante blanco en Brasil. Las investigaciones han cobrado impulso, y han recibido fuerte apoyo popular a nivel nacional e internacional.
Con la premiación de los fiscales del Equipo de Trabajo de Lava Jato, es la segunda vez que se distingue a candidatos brasileños desde que Transparency International lanzó los premios en 2000. El primero fue el denunciante Luis Roberto Mesquita, galardonado con el Premio a la Integridad en 2002.
Transparency International recibió 580 postulaciones con 136 candidatos al Premio contra la Corrupción 2016, y esto refuerza nuestra convicción de que es necesario reconocer a los numerosos héroes en la lucha contra la corrupción. Las postulaciones para el premio de este año fueron enviadas por el público y por capítulos de Transparency International de todo el mundo. El jurado a cargo del premio es un comité de 8 personas de distintas regiones del mundo, que han tenido un rol activo en el movimiento anticorrupción a lo largo de muchos años. Entre los ganadores anteriores se incluyen periodistas, activistas y funcionarios gubernamentales que combaten la corrupción.
El Equipo Especial de la operación Lava Jato recibió el Premio contra la Corrupción durante la 17º Conferencia Internacional contra la Corrupción que se desarrolla en la ciudad de Panamá.