Transparencia Venezuela, 08 de mayo de 2019.- En abril de 2016 en Venezuela se consolidó el control sobre uno de los elementos fundamentales para la vida, como es la alimentación, a través de la creación de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).

Fue una orden del entonces presidente Nicolás Maduro, tres años después de la muerte de Hugo Chávez. Representaron una “solución” del gobierno frente a una crisis económica que resultó de la aplicación de políticas públicas erradas aunadas a grandes casos de corrupción con redes nacionales e internacionales.

El sector alimentos alcanzó su nivel estratégico más alto con la “Gran Misión Abastecimiento Soberano”, presentada en el mismo año 2016 por Maduro, quien encargó la distribución y venta de la comida al ministro de la Defensa, general en jefe Vladimir Padrino López, con poder sobre al menos 15 organismos vinculados al sector. También fue creado el “Comando para el Abastecimiento Soberano”, conformado por 18 militares de alto rango encargados cada uno de un rubro o producto de primera necesidad.

Los CLAP mutaron rápidamente en negocios turbios para muchos funcionarios del Estado y se convirtieron en un mecanismo de coacción social. Con las cajas y bolsas de comida distribuidas por el gobierno, los ciudadanos quedaron a merced del Estado, que pasó a ser casi el único proveedor de alimentos.

En este informe se desarrolla un análisis en torno al real objetivo de los CLAP, para facilitar la comprensión de esta política pública que ha propiciado el robo de miles de millones de dólares del patrimonio público, la coacción social y violación  de los derechos humanos.

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