“Cuando la justicia es controlada por el poder no hay quien proteja al ciudadano”
Durante las más de tres décadas que ha pasado en los pasillos de los tribunales y de la Fiscalía peruana, el periodista César Romero ha visto cómo esas instituciones del Poder Judicial del país andino han ido mutando desde unos simples apéndices del Gobierno de turno hacia organismos cada vez más autónomos.
El reportero judicial de “La República” de Lima atribuye a esa independencia precisamente que hoy su país sea noticia en el mundo por estar solicitando a Estados Unidos la entrega del primer presidente electo tras el régimen fujimorista, Alejandro Toledo, precisamente para procesarlo por el escándalo de los sobornos que la constructora brasileña Odebrecht habría pagado, en medio continente, para hacerse con mil millonarios contratos.
Durante una rápida visita a Caracas conversó con Transparencia Venezuela sobre la importancia de que los jueces, fiscales y defensores públicos puedan actuar libremente y sin más limitaciones que las que establece la ley.
-¿Por qué es importante que la justicia sea independiente del poder político y económico?
-Las decisiones que los jueces y fiscales tomen deben estar basadas en las leyes, en los procedimientos y en los hechos que están conociendo, sin importar si el presunto responsable es una persona poderosa políticamente o no. Eso garantiza que realmente todos somos iguales. Todos somos verdaderamente iguales en la medida en que los jueces y fiscales actúen con independencia, solamente basándose en las normas cuando nos tienen frente a ellos.
-¿Qué le enseñó a Perú la época del fujimorismo en este asunto?
-Nos permitió darnos cuenta de la importancia de la división de poderes. En nuestros países normalmente existe la división de poderes, pero a veces olvidamos lo que hace la justicia y nos concentramos en mirar solamente al Gobierno y al Congreso como si fueran los únicos poderes que existen. Pero cuando se produce una transgresión de la democracia nos damos cuenta de que hay otro poder: el Judicial, que es tan fuerte y decisivo para la vida diaria de las personas como lo otros; y que cuando es cooptado sufrimos sus consecuencias. Cuando la justicia es cooptada, es controlada por el poder político, no hay quien proteja al ciudadano. Eso nos enseñó el fujimorismo.
-¿Hoy por hoy hay es conciencia de ello en el Perú, pues en Venezuela pocos se alarman porque 60% de los jueces sean provisorios y que cuatro de los siete miembros de una de las salas del TSJ hayan sido funcionarios de Gobierno?
-Sí lo hay porque con el fujimorismo te podía pasar cualquier cosa, te podían acusar de cualquier cosa y no había quien te defendiera. La lucha contra el terrorismo, que era necesaria, se aprovechó para silenciar a la disidencia, por ejemplo. A partir de eso empezamos a aprender lo importante que es tener un juez y un fiscal independiente que pida pruebas y no te meta preso de golpe, pero el aprendizaje debe ser constante.
-¿Además de una justicia independiente es necesario que esté monitoreada por los medios, las organizaciones civiles y la sociedad en su conjunto?
-Claro, siempre tiene que haber organismos creados por el mismo sistema judicial y por la sociedad civil para controlar a los actores de la justicia. Porque aquel que tiene poder y no tiene control va a terminar abusando de ese poder, porque quiere o porque no se da cuenta.
-Por el caso Odebrecht la justicia peruana está pidiendo a EEUU la entrega del expresidente Alejandro Toledo. ¿Eso está sustentado o es parte de una retaliación política?
-Existen pruebas y evidencias concretas de que el expresidente Toledo estaba recibiendo sobornos. Por un lado tenemos la información que ha entregado Odebrecht sobre los pagos y las fechas en las que se hicieron y ya se han identificado que esas cuentas son de un amigo de Toledo.
-¿Más expresidentes podrían ser procesados?
-Sí, porque la investigación recién está comenzando. Hasta ahora se han revelado dos de los seis casos de corrupción que hay en el Perú por parte solamente de Odebrecht, pero existen evidencias de que otras empresas constructoras pagaron sobornos.
–¿Esto hubiera sido posible en los años 90 con el fujimorismo?
-No, lo hubieran ocultado. El caso Odebrecht revela la importancia de tener instituciones de administración de justicia independientes. Odebrecht se acercó al Ministerio Público y dijo: quiero colaborar. Si no hubiera independencia el Ministerio Público podría haber cerrado la puerta con cualquier excusa y allí habría quedado todo, pero uno independiente dice: Sí, qué tiene, tiene cómo demostrar lo que señala.