Presentación

El tránsito a la conversación digital

El auge ficticio de la versión oficial

Una bomba de tiempo en twitter

De la narrativa revolucionaria a la desinformación

Epílogo

Al cierre de 2020, el 22 de diciembre, el Ministerio de la Cultura realizó una videoconferencia para dar a conocer el libro La batalla comunicacional. Defensa, ataque y contraataque en América Latina8, escrito por el periodista chileno Pedro Santander. El ministro de Cultura Ernesto Villegas celebró la asistencia virtual de altos cargos de la Fuerza Armada Nacional, rectores de universidades, comunicadores y militantes del partido de gobierno.

El libro sistematiza y propone distintas estrategias comunicacionales para la izquierda latinoamericana, a partir de la metáfora bélica. “Está muy inspirado por lo que yo denomino el pensamiento comunicacional del comandante Hugo Chávez. Y una de las grandes lecciones de ese pensamiento es que esto es batalla, esto es guerra, que podemos vencer si es que entendemos que esto tiene que hacerse articulada y sistemáticamente”, destacó el autor y periodista chileno Pedro Santander, en un video de presentación.

Así mismo lo practicó el Estado entre 2020 y 2021.

Los resultados de este tipo de coordinación ejercida por el gobierno venezolano lograron elevar, hasta imponer, la narrativa oficial en el terreno digital durante el primer año de la pandemia por COVID-19, específicamente en la red social Twitter.

El observatorio ProBox, aliado en la elaboración de este reporte, precisó 2.548 tendencias políticas y sociales registradas en Twitter Venezuela, entre enero de 2020 y marzo de 2021. De éstas, el oficialismo dominó la conversación con 980 tendencias. La gran mayoría de sus mensajes mostraron un comportamiento robotizado.

Era la continuación de un largo camino —de defensas, ataques y contraataques comunicacionales, que ahora imparten a autoridades del Estado— emprendido hace una década por el gobierno.

—Mira, de todos modos yo les recomiendo estar muy atentos a esa página después de la medianoche ¿no? Porque ahí es que yo me desato pues —dijo Hugo Chávez en Consejo de Ministros, el 27 de abril de 2010.

Esa noche aparecería la cuenta de Twitter @Chavezcandanga, desde la cual escribía Chavez y que era supervisada por un equipo de personas que canalizaba las peticiones que la gente hacía al mencionarla. Era Chávez siendo de nuevo conserje, como lo calificó Fidel Castro en su momento. Pero era también un paso adelante en la hegemonía comunicacional. Un cambio de timón en el que el chavismo pasaba de renegar las redes sociales a hacer un llamado a coparlas.

En este punto ya se habían promovido canales de televisión y emisoras comunitarias como portavoces de la narrativa oficial, diversificando los tentáculos de la propaganda oficial más allá del canal estatal Venezolana de Televisión y la Radio Nacional de Venezuela en sus cuatro circuitos nacionales. Existía Vive TV (fundada en 2002), Telesur (2005), ANTV y Ávila TV (2006), se le había retirado la concesión de la señal a RCTV (y creado TVES, 2007) y en lo político ya Chávez había presentado su propuesta del socialismo de siglo XXI y su intención de cambiar la Constitución para definir desde allí a Venezuela como socialista. Perdió el referendo constitucional, pero ganaría las elecciones que le garantizarían su periodo presidencial hasta los comicios de 2012.

Entre los años 2000 y 2009 hubo un cambio de 180 grados en la política pública sobre Internet en Venezuela. En los inicios de su gobierno, Hugo Chávez firmó un decreto que consideraba a Internet como prioritario: “se declara el acceso y uso de Internet como política prioritaria para el desarrollo cultural, económico, social y político de la República Bolivariana de Venezuela”.

En tanto que en 2009, en el artículo 2 del decreto 6.649 dice en primer lugar que queda prohibido: “La adquisición de servicios de telefonía celular y de discado directo internacional, así como el uso de Internet”; por ser considerado un gasto suntuario y superfluo. En el camino la declaración del chavismo como una ideología socialista y la llamada hegemonía comunicacional de inspiración gramsciana.

Más adelante llegaría la incorporación al “Plan de la patria 2013-2019”, la propuesta de gobierno del mandatario para su segunda reelección, del llamado a “conformar un nuevo orden comunicacional del Sur” y el objetivo de “llevar a niveles no vitales la conexión de Venezuela con las redes de comunicación e información dominadas por las potencias neocoloniales”9.

Ese mismo año 2009 Chávez ordenó cerrar 34 emisoras de radio10, con el argumento de que en Venezuela existía un latifundio comunicacional. La razzia constituyó un hito que alertó a propietarios de radios, promovió miedo y autocensura, y se fue repitiendo desde entonces con consecuentes salidas del aire de emisoras así como la operación de la mayoría de ellas a pesar de no tener concesiones vigentes por decisión oficial: podían ser acusadas de operar ilegalmente en cualquier momento.

Para 2010 cuando Chávez lanzó su cuenta @chavezcandanga en Twitter, también el gobierno venezolano lo había intentado con medios impresos. Con un primer Correo del Presidente (1999), con un Correo del Orinoco que sobrevive hasta hoy, y un Ciudad CCS (ambos 2009). Este último posteriormente se convertiría en un formato replicado en distintas ciudades
del país.

Ya el mandatario había acostumbrado a sus seguidores a sus programas dominicales de radio primero y televisión después, y sus extendidas  cadenas de radio y televisión. Pero después de que Chávez falleció tras ganar su tercera elección, y el proyecto de revolución, sin su principal cuentacuentos, reforzó una estrategia de represión a la libertad de expresión contra aquellos mensajes que cuestionaban la versión oficial.

 

Adiós a las alternativas

Un punto de quiebre para el ecosistema comunicacional venezolano fue el cambio de propiedad de medios de comunicación. La organización no gubernamental Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) Venezuela documentó en 2015 las operaciones de compra-venta, bajo condiciones de presión y opacidad, de al menos 25 medios de comunicación de distintos formatos —impresos, radio, televisión— en nueve estados del país: Amazonas, Anzoátegui, Barinas, Bolívar, Carabobo, Distrito Capital, Mérida, Monagas y Zulia11.

La investigación reveló evidencias de que las líneas editoriales cambiaron tras la venta y que se impuso una dinámica de censura contra periodistas críticos a la gestión de gobierno del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), fundado por Chávez y después liderado por Nicolás Maduro, su sucesor en el cargo como presidente de Venezuela.

Los medios de comunicación tradicionales, además, han estado expuestos a las decisiones discrecionales de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) para el otorgamiento y renovación de concesiones radioeléctricas.

Durante 2017, año de masivas protestas de calle en contra del gobierno de Maduro, Conatel interrumpió la transmisión de al menos 40 emisoras de radio, por presuntas irregularidades administrativas. Sin embargo, una investigación de IPYS Venezuela registró un patrón de silencio administrativo por parte del ente regulador de las telecomunicaciones, ante los trámites formales realizados por las emisoras. La falta de claridad en los criterios y procedimientos de Conatel sumió a la radio venezolana en la ilegalidad y la censura12.

El periodismo impreso, por su parte, mermó progresivamente debido a las restricciones de los medios para adquirir papel. Las bobinas de papel periódico habían quedado excluidas de las listas de bienes de importación prioritarios para la nación desde 2012, por resolución del Ministerio de Planificación y Finanzas. Esto supuso una mayor burocracia para la obtención del material: los dueños de los medios debían solicitar un Certificado de No Producción Nacional, o de Producción Nacional Insuficiente, ante el Ministerio de Industrias, para luego pedir divisas a la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) para poder hacer la importación, en tiempos de control cambiario en Venezuela.

Las limitaciones y retrasos en los trámites redujeron las reservas de papel de los diarios, que circularon con cada vez menos páginas, hasta desaparecer por completo de los kioscos. Las medidas oficiales se encaminaron al monopolio de la importación, encargada al estatal Complejo Editorial Alfredo Maneiro, lo cual agudizó el problema para medios independientes y críticos del gobierno.

conatel

 

Una nueva audiencia

La crisis nacional de la prensa, la radio y la televisión, junto al auge del Internet, llevó al periodismo venezolano a migrar a plataformas digitales y a redirigir la confianza de sus audiencias hacia los nuevos formatos de consumo informativo.

Comprender a los usuarios de Internet en Venezuela se volvió una necesidad indiscutible, y algunas investigaciones lo han indagado. La investigadora Iria Puyosa, especializada en comunicación política, redes sociales y desinformación, definió en 2012 cuatro conglomerados de consumidores en su trabajo Conectados versus mediáticos. ¿Politizados
o Despolitizados?
13.

El hallazgo para ese entonces fue que Venezuela estaba dividida entre los politizados mediáticos, mayormente afines al chavismo; los politizados conectados, afines a la oposición; los despolitizados mediáticos (no hay diferencias significativas en sus posiciones políticas); y los despolitizados conectados, con predominio de anti-partidos. Esta investigación también detectó que la variable educativa era relevante. A mayor educación, más tendencia a conectarse por Internet.

Más recientemente, en 2019, el reconocido reporte de Tendencias Digitales caracterizó la penetración del Internet en Venezuela como creciente: pasó de 59% a 65%, luego de varios años de crecimiento lento. Venezuela se ubica en el puesto 14 del ranking de 20 países y tres puntos por debajo del promedio de penetración. Por comparar: en el citado trabajo de la profesora Puyosa de 2012, 40% de los encuestados había afirmado no usar Internet14.

Según ese mismo reporte, los mayores usos del Internet venezolano son correo electrónico, operaciones bancarias, buscar información, redes sociales y noticias.

El consumo bancario y de páginas webs gubernamentales supera el promedio de la región. Un ejemplo claro de esto es la página web de Patria.org.ve, la primera con más tráfico del sector financiero, según el ranking de SimilarWeb, y la cuarta del país. Patria.org.ve, con sus 28 millones de visitas mensuales, es clave, como veremos más adelante, en el sistema de desinformación creado por el Gobierno nacional15.

Dos estudios del año 2020 ofrecen también una aproximación sobre cómo los venezolanos se informan por Internet.

Uno de ellos es una encuesta sobre consumo de desinformación en Venezuela, llevada a cabo por la empresa More Consulting para un proyecto de la Universidad de Navarra y la organización no gubernamental Transparencia Venezuela. El estudio El fenómeno de la desinformación digital en el contexto venezolano16 estuvo bajo la conducción de los investigadores Carmen Beatriz Fernández, Javier Serrano Puche y Jordi Rodríguez-Virgili. Encontraron que la polarización sigue estando presente en el consumo de información:

Mientras que en 2012 50% de los venezolanos mayores de edad  declaraba ser usuario de la web social, en la mencionada encuesta de 2020 la cifra alcanzó 66,8%. Y 45,8% cree que puede confiar en ellas la mayor parte del tiempo. “Esta confianza es bastante mayor entre los opositores (59,9%) que entre los oficialistas (39,2%)”.

Otra encuesta refuerza la tendencia de consumo informativo digital. El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) realizó a finales de 2020 el estudio Receptividad, aceptabilidad, motivación y expectativas en torno a los medios de comunicación en Venezuela17.

grafico

 

 

8    Pedro Santander: La batalla comunicacional. Defensa, ataque y contraataque en América Latina. Editorial El Perro y la Rana.

9    Espacio Público: Plan de la Patria tiene elementos contra la libertad de expresión. http://espaciopublico.ong/2013-12-10-21-26-34/

10    El País: Chávez cierra 34 emisoras de radio venezolanas críticas con su política.
https://elpais.com/diario/2009/08/02/internacional/1249164003_850215.html

11    IPYS: Propietarios de la censura en Venezuela. https://ipysvenezuela.org/propietariosdelacensura/

12    IPYS: Emisoras en vilo. https://ipysvenezuela.org/emisoras-en-vilo/

13    Iria Puyosa: Conectados versus mediáticos ¿Politizados o Despolitizados? Universidad de Los Andes, 2012.
http://erevistas.saber.ula.ve/index.php/Disertaciones/article/view/3524

14    Tendencias Digitales: Penetración y usos de internet en Venezuela. 2019.
https://tendenciasdigitales.com/reportes/penetracion-y-usos-de-internet-en-venezuela/

15    SimilarWeb: https://www.similarweb.com/website/patria.org.ve/

16    EsPaja.com: El fenómeno de la desinformación digital en el contexto venezolano.
https://espaja.com/El-fenomeno-de-la-desinformacion-digital-en-el-contexto-venezolano-agosto2020.pdf.

17    Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa: Receptividad, aceptabilidad, motivación y expectativas en torno a los medios de comunicación en Venezuela. https://issuu.com/saladeprensa/docs/receptividad__aceptabilidad__motivaci_n_y_expectat

 

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