Desde marzo de 2020, han llegado a Venezuela 34 vuelos provenientes en su mayoría de China, Rusia y Cuba, con toneladas de insumos como mascarillas, ventiladores, medicamentos para terapia intensiva, trajes de bioseguridad y kits de pruebas rápidas
Transparencia Venezuela, 18 de junio de 2021.- Sin publicar datos que especifiquen las condiciones en las que se reciben insumos médicos para atender la pandemia por la COVID-19, China y Rusia han enviado 28 cargamentos a Venezuela desde el 15 de marzo de 2020 hasta el 12 de junio de este año. Bajo la figura de «cooperación bilateral» y amparados en dos decretos de estados de excepción, el Ejecutivo se reserva información que es de interés público.
A través del medio de comunicación del Estado Venezolana de Televisión, el gobierno ha anunciado la llegada de vuelos con toneladas de insumos, sin aclarar bajó qué figura fueron adquiridas y cómo se van a distribuir. Si se trata de una compra honrada, de una donación o de una nueva deuda. Tampoco están disponibles documentos en línea que incluyan los contratos suscritos por Venezuela, los planes de trabajo, monto total de recursos asignados, precios, formas y condiciones de pago, términos de ejecución, y la calidad y cantidad de equipos y servicios adquiridos.
Esta opacidad en la información también ha devenido en el desconocimiento total sobre contratos públicos de vacunas contra la COVID-19. Al país han llegado 1.430.000 de dosis rusas Sputnik-V y aún se desconoce el contrato que comprometió 200 millones de dólares, de acuerdo con declaraciones oficiales. Tampoco se tiene conocimiento de las condiciones por las cuales China ha enviado 1.800.000 dosis de Sinopharm.
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De acuerdo con el registro de Transparencia Venezuela, al país han llegado 34 vuelos en total desde marzo del año pasado: 28 desde China y Rusia, 4 desde Cuba, 1 desde Turquía y otro desde Irán. Esto incluye el arribo de personal médico chino y cubano, de vacunas contra el virus y de insumos como ventiladores, medicamentos para terapia intensiva, mascarillas, trajes de bioseguridad, guantes, flujómetros, guantes, insulinas y kits de pruebas rápidas.
En una investigación publicada por la organización dedicada a la prevención de la corrupción en abril de este año, se indica que, tras el análisis de los decretos de emergencia y el rastreo de las contrataciones públicas, en Venezuela hay «enormes vacíos de información» sobre la gestión pública en el marco de la pandemia por COVID-19, amparados en los dos estados de excepción vigentes, estado de alarma y estado de emergencia económica.
Además, Venezuela cuenta con 475 instrumentos de rango legal y sublegal que justifican la opacidad en la información. Este contexto le ha permitido al Estado adquirir material, insumos y servicios sin ningún tipo de control. De esa forma, no es posible medir incumplimientos de contratos, sobreprecios, calidad de equipos y materiales ni su posible desviación al mercado negro.
Venezuela es el país más corrupto de América y uno de los cinco países del mundo con peor desempeño, según el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC).