En Zulia, el CLAP solo alcanza para 2 cajas por hogar al año
A las 9.58 de la mañana del miércoles 21 de agosto, el buque Manuel Gual atracó en el puerto de Maracaibo. El gobernador Omar Prieto declaró ese mismo día que la embarcación había llegado con “más de 226 mil cajas CLAP”.
Con tanta publicidad como cuando trajo al estado Zulia los cinco cargamentos previos en 2019, la noticia se difundió ampliamente en medios gubernamentales y privados.
En el curso de los dos meses siguientes, en cambio, se le dio mucho menos importancia a la distribución de aquellas 2.600 toneladas de alimentos descargadas por Bolipuertos en el muelle principal de La Ciega, en el centro de la ciudad.
Las dos únicas notas de prensa que pueden hallarse al respeto, ambas del diario Panorama, informan que siete mil cajas en el municipio La Cañada de Urdaneta y 90.000 en San Francisco son todo lo que se sabe de la última entrega de las cajas de los CLAP en la región. Aparte de eso, la reseña de los productos recién distribuidos se circunscribe a la denuncia ciudadana de paquetes de un kilo de leche en polvo de mala calidad, marca “La Vicenta”, que se incluyeron en las cajas sin fecha de elaboración ni de vencimiento.
Transparencia Venezuela realizó, hasta el 4 de octubre, una consulta a través de redes sociales para medir la recepción de alimentos a través correspondientes a la carga del 21 de agosto. Solo 26,19 % de los zulianos encuestados aseguró haber comprado una caja CLAP en el curso de los 45 días que habían transcurrido desde la llegada del Manuel Gual.
68,7 % de los encuestados ha podido adquirir la caja o bolsa una sola vez durante lo que va de 2019. Pero desde que se inició el Plan Nacional de Cabotaje en apoyo a la Gran Misión Abastecimiento Soberano y Seguro, en julio del año anterior, los barcos de la Corporación Venezolana de Navegación (Venavega) habían realizado ocho viajes al puerto de Maracaibo, con un total de aproximadamente 19 mil toneladas de alimentos para los CLAP.
Según la proyección demográfica del Instituto Nacional de Estadística, en el estado Zulia viven unos 4,3 millones de personas en un poco más de 884 mil hogares, 439.000 de los cuales pertenecen al municipio Maracaibo. Aun sin considerar la mengua poblacional causada por la migración de los años más recientes, en 14 meses de transporte marítimo de los alimentos hacia la región cada hogar debería haber recibido la caja, bolsa o ´combo´ CLAP –si las cifras de los embarques de Venavega son correctas– en 31 ocasiones, es decir, quincenalmente, tal como se estableció para ese programa del gobierno bolivariano, creado en 2016.
Pero esto no ha sido así, ni siquiera remotamente. Entre mediados de 2018 y el mes de agosto del año en curso, el volumen total de alimentos de los CLAP que se ha traído al puerto de Maracaibo por vía marítima para su distribución en todo Zulia, habría supuesto al menos 1.583.000 entregas de paquetes de 12 kg –el peso promedio de las bolsas o cajas–. Un sencillo cálculo permite aseverar que la comida alcanzó para dos cajas por hogar, es decir, una compra de alimentos subsidiados cada 7 meses.
De acuerdo con un detallado informe de la Comisión para los Derechos Humanos del estado Zulia (Codhez), únicamente 37,9 % de los habitantes de Maracaibo recibió el paquete CLAP con una periodicidad mensual en 2018. El mismo estudio reveló que las parroquias más pobres y populosas de la capital del estado –en el centro, sur y oeste de la ciudad– recibieron de modo infrecuente y desigual la caja o bolsa distribuida por los comités locales de abastecimiento. Con base en el reporte, se puede afirmar que en esas zonas de Maracaibo existe la mayor inseguridad alimentaria.
“Las cajas CLAP no se ofertan a las personas más vulnerables con la misma frecuencia que se distribuyen a hogares menos vulnerables y de estrato socioeconómico medio”, reza el documento de la ONG local, en el que se reporta que solamente 21,7 % del estrato D y 33,1 % del E recibieron al menos una vez al mes los alimentos del CLAP. Ambos grupos socioeconómicos suman 81,9 % de los habitantes de una ciudad de 1,7 millones de habitantes.
Un programa social irrelevante
Las proporciones de la desigualdad y la baja periodicidad de entrega de las cajas o bolsas CLAP se han hecho más preocupantes en 2019, según adelanta Codhez en la presentación preliminar de los resultados de una nueva encuesta sobre la situación alimentaria en Maracaibo, que llevó la consulta a 800 hogares de la capital zuliana entre mayo y septiembre de este año.
Si se aplicara los porcentajes de distribución registrados en el estudio de Codhez sobre el caso de Maracaibo, solo 28,5 % –menos de una tercera parte de la población regional– habría recibido el beneficio de los CLAP mensualmente el año pasado. Pírrica estadística que sufrió una caída abismal en 2019: en ningún hogar se afirmó haber tenido acceso una vez al mes a la caja o bolsa.
“Apenas 7 % de hogares la ha podido adquirir una vez cada dos meses, 26,60 % declara haberla comprado 3 o menos veces en el año, y 66,20 % ha accedido una sola vez a este programa del gobierno nacional”, revela el informe de avance de la encuesta reciente de Codhez.
En la situación que describe la encuesta se evidencia además el sesgo discriminatorio de la distribución de los CLAP, que ya se notaba con fuerza en las conclusiones de la investigación en 2018. Ahora los sectores C, D y E de la población local no llegaron ni a 10 %, cada uno en la frecuencia de compra de las cajas de alimentos. Los habitantes del este de la ciudad, mayoritariamente de los estratos A y B, han tenido más oportunidades de adquirir el beneficio del CLAP que las extensas zonas del oeste, donde habita el grueso de los sectores socioeconómicos más vulnerables. En lo que va de 2019, 66,7 % marabinos aseguró haber comprado los alimentos subsidiados solamente una vez o incluso ninguna.
Ante la contundencia de esos datos, Juan Berríos, director y portavoz de la Comisión, afirma sin ambages que “el CLAP es un programa que se volvió irrelevante, no satisface para nada las necesidades de la gente y tiene un impacto casi nulo en el restablecimiento de la seguridad alimentaria en Maracaibo”.
Carga deficitaria y de baja periodicidad
Si la Gran Misión Abastecimiento Soberano realmente intentara paliar las necesidades de los 3,5 millones de zulianos que conforman los sectores más urgidos de ayuda, los barcos de Venavega deberían llegar a los muelles del puerto de Maracaibo con al menos 600 mil cajas en intervalos de 15 días, y no cada 2 o 3 meses a media capacidad de carga, que es como de hecho han estado viniendo.
Por ello, las cajas de CLAP que trajo a bordo el navío Manuel Gual el 21 de agosto no fueron más que un muy leve respiro en la emergencia humanitaria que sufre el estado Zulia.
Una semana después de esa fecha, Transparencia Venezuela logró conocer que en la boleta de servicio 095, correspondiente al despacho portuario de la carga del buque, se registró un volumen de 4.062 toneladas de alimentos, una cifra muy distinta a la informada por el presidente de Venavega, Arnulfo Alburjas Sánchez.
Los números que no cuadran
A razón de 12 Kg por unidad –peso promedio de una caja contentiva de productos del CLAP–, las 226.000 cajas de la declaración oficial corresponden casi con exactitud a las 2.600 toneladas de alimentos que anunció el gobernador de Zulia, Omar Prieto, a la llegada del carguero. ¿En qué consistían las otras 1.462 toneladas que documentaron las autoridades del puerto? ¿Por qué no se las contabilizó como alimentos para los programas sociales? ¿Serían acaso un componente comercial de la carga del buque? ¿O quizás el resto de los alimentos llegó fuera de las cajas, y sin publicidad, para ser luego empaquetado en los almacenes de los CLAP?
Este último dato ha debido ser un error periodístico ya que tal número de cajas escasamente requiere un par de contenedores para su transporte. Cada contenedor de 40 pies o 12 metros de longitud puede albergar un máximo de 2.400 cajas CLAP, mientras que los de 6 metros llevan exactamente la mitad de esa carga.
Una estimación basada en la capacidad de transporte de la nave y el peso de cada caja permite asegurar que, en su sexto y último viaje al puerto de Maracaibo en lo que va de 2019, el Manuel Gual trajo un poco más de 266 mil cajas CLAP.
También se puede afirmar que ese volumen de alimentos apenas beneficiará a una tercera parte de la población zuliana, que con mucha suerte habrá recibido su segunda caja en todo el año.