Esta organización criminal nació en el año 2013 y desde entonces se ha consolidado como una de las más combativas y sangrientas de las zonas mineras del estado Bolívar. Su poder de fuego le ha permitido mantener el control de importantes minas auríferas de la localidad El Callao, específicamente en el sector conocido como El Perú. Lo sanguinario de sus actos hace que sean comparados con el Cártel de Sinaloa, en México.

A diferencia de otros grupos delictivos de la zona, la Banda de El Perú o la Base de El Perú, como también es conocida, no ha contado con importantes apoyos gubernamentales o militares, lo que le ha hecho perder a muchos integrantes que han resultado muertos en presuntos enfrentamientos con los cuerpos de seguridad del Estado o detenidos por sus actos, de acuerdo con los datos recabados.

Uno de sus principales líderes es Alejandro Rafael Ochoa Sequea, alias “Totó”, a quien habían dado por muerto en el año 2016, como consecuencia de un operativo de la llamada Operación para la Liberación del Pueblo (OLP). No obstante, el cuerpo nunca se halló y habitantes de El Callao declararon para este informe que “Totó” sigue vivo y tiene la capacidad de entrar y salir de Venezuela con facilidad.

El segundo al mando es Eleomar José Vargas, alias “Zacarías”, un hombre joven proveniente de Ciudad Guayana, quien ha sido identificado por periodistas y cuerpos de seguridad del Estado en fotos y videos en los que exhibe diversas armas largas.

Ambos hombres se encuentran en la lista de los delincuentes más buscados de Bolívar. Entre los otros miembros de la banda también destaca un sujeto al que le llaman “Frankenstein”, quien según las fuentes entrevistadas es autor de múltiples descuartizamientos.

No hay reportes sólidos de vínculos entre los miembros de la banda El Perú con funcionarios públicos o integrantes de los cuerpos de seguridad del Estado. Sin embargo, en noviembre de 2019, circularon en El Callao dos comunicados atribuidos a El Totó en los que se hacían graves acusaciones contra el exalcalde de la zona, Alberto Hurtado. En los textos que presuntamente redactó el cabecilla se leía: “Te dimos (al alcalde) medio kilo de oro para tu campaña para el Congreso y ganaste. Volviste y te di 650 gramos para llegar a la alcaldía y ganaste. Nos vendiste y no hiciste nada por nosotros”.

Meses antes, Hurtado también fue vinculado con la banda criminal, pero negó que eso fuera cierto.