Miriam, luchadora social y acostumbrada a reclamar las injusticias, manifestó su descontento por la situación de inseguridad y la delincuencia reinante en el lugar. “Pues siempre terminaban perjudicando a la comunidad”, manifestó su hijo Garrido. Ese día, ella discutió con un joven, que quizá se sintió aludido y a las 5pm arribó al lugar un hombre armado, de parrillero en una moto, con alguien vestido de moto taxista.  Tres impactos de bala, uno en la cabeza, dos por el costado que cegaron la vida de esta mujer que sólo salió a reclamar y alzar su voz en contra de tantas injusticias.

La actuación del Gobierno, debe ser permanente en el transcurso del año para coadyuvar en la prevención del delito. Miriam Garrido es un número más en la tasa de homicidios en Venezuela.